Hoja de Datos sobre la Paruresis

(«Síndrome de la Vejiga Tímida»)

Símbolo del IPA

Por
Steven Soifer, Ph.D., LGSW
Director Ejecutivo de la Asociación Internacional de Paruresis
www.shybladder.org
800-247-3864

Dato 1: La paruresis es un trastorno de ansiedad social. Los que la padecen tienen temor de ir al baño cuando otras personas están cerca. Esto puede interferir con actividades importantes de la vida como el trabajo, las relaciones sociales y los viajes.

Dato 2: La paruresis afecta a alrededor del 7% de la población: 17 millones de personas en los EE.UU., y otros tres millones en Canadá. Un sinnúmero de personas alrededor del mundo también la padecen.

Dato 3: Cientos, si no miles, de trabajadores de EE.UU. han sido despedidos injustamente por resultar incapaces de orinar en un frasco cuando se les exigió hacerlo durante una prueba antidroga aleatoria. Las normas federales de las pruebas de drogas se deben cambiar para permitir pruebas alternativas (cabellos, saliva, parches de sudor) para los que tienen este problema.

Dato 4: La paruresis es un trastorno muy tratable. Muchos estudios demuestran que la terapia cognitiva-conductual de 8 a 12 sesiones o un taller de fin de semana ayuda a por lo menos 4 de cada 5 pacientes.

Dato 5: La Asociación Internacional de Paruresis (IPA, por sus siglas en inglés), es la única organización que trabaja a nivel mundial para concientizar a la opinión pública sobre este tema. La IPA sirve como un centro de intercambio de información, fomenta la investigación, lleva a cabo talleres y dirige grupos de apoyo en muchas ciudades de EE.UU. y en 10 países diferentes.

Sobre la Paruresis por Evitación

Escrito por: Steven Soifer, MSW, Ph.D, George Zgourides, Psy.D, y Joe Himle, MSW, Ph.D

Nota: Aquí hay otro ensayo sobre la paruresis.

¿Qué es la Vejiga Tímida?
Características Típicas del SVT
Patrones Típicos de Comportamiento
¿Cómo puedo Curar la Paruresis?
Lo que usted puede hacer acerca de la Paruresis
Paruresis y las Pruebas Antidrogas
Acción Social: Involucrándose en el Cambio de las Condiciones que tienen que ver con la Paruresis

ADVERTENCIA Y DESCARGO DE RESPONSABILIDAD: Este folleto NO es un substituto para el consejo médico y no constituye la práctica de la medicina, psiquiatría, psicología clínica, trabajo social clínico o cualquier otra profesión de la salud mental. Si usted tiene problemas para orinar usted debe contactar a un médico, porque la dificultad para evacuar puede ser síntoma de una severa condición médica. Somos un grupo de gente profesional y de gente que ha sufrido de paruresis. Hemos organizado una junta de consejeros para ayudar a gente con disfunciones urinarias que tienen un origen psicológico o social. En este panfleto, nosotros NO practicamos medicina, psiquiatría, psicología clínica, trabajo social clínico o cualquier otra profesión de la salud mental. Usted debe consultar un doctor que evalúe su condición antes de diagnosticarse a sí mismo, y buscar el apropiado consejo de salud mental que sea necesario y que esté autorizado. IPA, Inc. se libera de cualquier responsabilidad legal, cualquiera que ésta sea.

¿Qué es la Vejiga Tímida?

¡Cada vez que trato de usar un baño público me bloqueo completamente! No importa la urgencia que sienta de orinar, nada sucede si no estoy en mi casa. Puedo orinar cuando estoy solo en casa sin problemas. Pero si estoy lejos en el estadio, en la casa de otra persona o cuando estoy en casa y alguien viene de visita, no puedo orinar. ¡Este loco problema no ha hecho más que interferir con mi vida!

Estos son solo unos pocos de los comentarios representativos de gente que experimenta el síndrome de la vejiga tímida (SVT) también conocido como riñones tímidos, urofobia, psicogenia urinaria y paruresis (el nombre clínico oficial).

A las personas con el síndrome de la vejiga tímida se les llama algunas veces con el nombre de paruréticos. A diferencia de condiciones fisiológicas como la prostatitis (inflamación de la próstata) que bloquea el flujo de orina, el SVT es un trastorno psicológico que tiene que ver con el sistema urinario.

Más precisamente, el SVT es un tipo de fobia social, esto significa que el parurético es usualmente tímido y teme ser revisado o criticado por otros cuando hace su desempeño en público, en este caso, cuando orina en un baño público.

El conflicto psicológico que genera esta particular forma de fobia social es expresado a través del síntoma físico de ser incapaz de orinar cuando la persona lo desea. La experiencia del SVT varía de persona a persona; sin embargo, ciertos patrones generales son evidentes. En primer lugar, el SVT ocurre mayoritariamente en baños públicos, pero también puede ocurrir en casas de amigos y parientes, o incluso en la propia casa si hay visitantes cerca o un miembro de la familia está esperando al parurético. Típicamente, sin embargo, él o ella considera a el baño de su casa como el único servicio sanitario realmente seguro, el único lugar donde el parurético es consistentemente capaz de evacuar.

En segundo lugar, el SVT varía en intensidad desde ligera, donde la persona puede orinar en baños públicos en ciertas circunstancias, hasta severa, donde la persona puede orinar solamente cuando está sola en casa. De esa manera, el grado de vacilación del SVT varía desde un retardo momentáneo en iniciar el proceso hasta una crónica y severa retención.

La mayoría de la gente experimenta en forma ocasional al menos alguna vacilación en los baños públicos, pero esto difiere del SVT en materia de grado y contexto. Una persona que de vez en cuando debe esperar un segundo extra antes de ser capaz de orinar no es un parurético. Más bien, el SVT es frecuentemente una condición que afecta toda una vida, caracterizada por una excesiva vacilación o total incapacidad para orinar.

El problema también produce aflicción en actividades de la vida diaria como viajar, compromisos sociales, largos encuentros de negocios, e interfiere en forma significativa con la capacidad de los paruréticos de sobrellevar estas actividades normales.

En tercer lugar, muchos paruréticos describen un umbral de comodidad personal requerido para poder orinar, ya sea en baños públicos o en la casa. Cuando este umbral de comodidad es eclipsado por muchos factores negativos en una situación particular como ser ruido, olores, falta de privacidad visual, y otra gente hablando en el baño, el SVT se activa y le impide a la persona orinar en ese momento.

Características Típicas del SVT

¿Cuáles son algunos de los factores activadores del SVT? Los paruréticos se refieren comúnmente a tres factores activadores que influyen en ellos cuando están en los baños públicos. Para el parurético típico, estos activadores deben ser quitados, o la persona debe probar otro sanitario, para que el acto de orinar tenga lugar en una determinada ocasión.

En primer lugar, la familiaridad con otras personas presentes en el baño puede activar el SVT, los extraños a menudo (pero no siempre) producen mayor inhibición que los amigos o parientes.

Debido a la naturaleza personal de la eliminación, el grado de familiaridad y la aceptación percibida determinan frecuentemente si el parurético tendrá éxito o no en evacuar. La proximidad para el parurético es a la vez física, involucrando la relativa cercanía de otros dentro o cerca del baño, y psicológica, involucrando la necesidad de privacidad, lo que significa esencialmente el deseo de esconder la propia micción y las faltas percibidas de ella de otras personas.

La más frecuente queja acerca del estimulo físico en los baños públicos es la ausencia de divisiones adecuadas y de puertas en los inodoros. Muchos paruréticos comentan que ellos no pueden orinar (o defecar) en los servicios sanitarios si hace falta la puerta. Ellos se sienten avergonzados porque perciben que su espacio físico está siendo invadido visualmente. La incomodidad acerca de la falta de divisiones es central al tema de la percibida falta de privacidad en los baños públicos.

Desde luego, la percepción y la necesidad de privacidad difieren considerablemente entre la gente. Un individuo se siente cómodo solamente en su casa, con la puerta del baño cerrada, mientras que otro se siente cómodo usando un urinario en un baño público lleno de gente. Los paruréticos tienden a ser los del primer caso.

En tercer lugar, los estados psicológicos temporales de especial ansiedad, ira y miedo pueden interferir con el acto de orinar. Los fóbicos sociales son extremadamente sensibles a los sonidos y olores que ellos producen, y mientras orinan tienen frecuentemente el temor de ser criticados por los mismos, lo que excita su sistema nervioso central. También los altos estados emocionales pueden explicar porqué los intentos de orinar en condiciones favorables resultan frecuentemente en fracasos si el individuo está muy excitado o siente presión para apurarse.

Patrones típicos de comportamiento

Para algunos individuos, el SVT parece empezar de la nada, pero para la mayoría, una experiencia desagradable o un conjunto de experiencias desagradables parecen precipitar la primera manifestación del problema.

En el último caso, después de algún evento negativo, como ser incapaz de orinar enfrente de una enfermera durante una prueba médica, el individuo empieza a catastrofizar; es decir, él o ella se preocupan de orinar la próxima vez que él o ella se encuentren en algún tipo de baño público.

De esta manera, la característica de la ansiedad de desempeño de una fobia social se desarrolla y se vuelve asociada con el acto de orinar en presencia de otros. El individuo entra en un baño público con la actividad de un sistema nervioso simpático excitado, lo que crea un nivel de ansiedad incompatible con el acto de orinar. Como cada intento forzado de controlar el proceso falla, la ansiedad de desempeño aumenta en niveles crecientes, lo que hace que disminuyan las probabilidades que el individuo tiene de evacuar en ese momento. En muchos casos, esta ansiedad de desempeño se generaliza eventualmente a todos o a la mayoría de los baños públicos, de manera que el único servicio sanitario que la persona puede usar en forma confiable es el de su casa.

Generalmente, los paruréticos tratan de ajustarse al problema orinando lo más posible en casa y antes de abandonar el cuarto de baño de sus casas, restringiendo la ingesta de fluidos y rechazando las invitaciones sociales que reciben. Muchos paruréticos también ejecutan una serie de rituales tales como localizar baños públicos desocupados siempre que están fuera de casa, pensar en agua cuando tratan de orinar, y abrir el grifo de agua para optimizar las probabilidades de orinar bajo condiciones adversas. Es mucho más común, sin embargo, que los paruréticos lidien con su problema evitando los baños públicos a cualquier costo.

¿Cómo puedo Curar la Paruresis?

Busque una evaluación médica antes de tratar su problema de vejiga tímida. Descarte una condición médica antes de diagnosticar paruresis. Sin embargo, una regla general que le da una idea previa es que si usted puede orinar en su casa cuando está solo sin ningún problema, pero tiene dificultades en la mayoría o en todas las situaciones sociales, entonces usted probablemente sufre de paruresis.

El tratamiento usado más comúnmente para la vejiga tímida hace que el individuo trate de orinar en locales que le resulten cada vez más difíciles. A este tratamiento se le conoce usualmente con el nombre de terapia de exposición conductual.

Cada sesión de terapia de exposición consiste en varios intentos de orinar brevemente. Sin embargo, para usar la terapia de exposición de esta manera, se necesita una cantidad sustancial de orina, la cual se puede conseguir ingiriendo una buena cantidad de fluidos antes de la práctica. Usualmente ingerir un cuarto de litro de agua antes de la práctica es lo mejor. Algunas personas pueden requerir más agua o deben esperar más tiempo para sentir la urgencia de orinar. La mayor parte de la gente con vejiga tímida tiene más éxito si la necesidad es alta durante la práctica. Ocasionalmente, algunas personas pueden tener problemas cuando su necesitad es muy urgente, así que la experimentación puede ser necesaria.

Algunos encuentran útil usar una escala para medir que tan fuerte es su necesidad para de orinar. Una escala de 0 a 10 funciona bastante bien, con cero cuando no hay urgencia de orinar y terminando en diez, que equivale a extrema urgencia. Será probablemente mejor empezar la práctica solamente después que el nivel de urgencia es siete o mayor.

Siempre tenga un plan de emergencia en mente también. Por ejemplo, una significativa minoría de paruréticos encuentran ya sea un alivio temporal o permanente de sus síntomas aprendiendo a extraerse la orina con una sonda o catéter. Aunque suena difícil y doloroso, realmente no lo es si se enseña en forma apropiada. Encontrar un urólogo comprensivo que esté dispuesto a enseñarle como hacerlo es el mejor enfoque. Para aquellos cuyos síntomas son severos, o que viajan bastante, este puede ser un paso provisional mientras buscan otro tratamiento, como la terapia de exposición gradual.

Usted debe construir también una escala jerárquica de comportamiento. De nuevo, usando una escala de 0 a 10, piense en esos escenarios en los que le es fácil usar el baño (por ejemplo, tomando como cero cuando está solo en casa), y aquellos escenarios en los que se le dificulta orinar (por ejemplo, tomar como 10 cuando se usa un baño público en un evento deportivo durante el medio tiempo).

Para la mayoría de la gente, las sesiones iniciales de la práctica deben tomar lugar en un baño privado aislado. Es bastante útil tener un compañero con quien trabajar en este punto. El compañero puede ser un terapeuta conductual entrenado, un compañero de trabajo o de clase, un amigo cercano o un miembro de la familia. La práctica debe empezar con su compañero parado afuera del baño con la puerta cerrada. Usualmente es mejor que el compañero esté a cierta distancia de la puerta para que no lo escuchen orinar. (¡Algunas personas necesitan que su compañero esté afuera del apartamento o de la casa cuando empiezan por primera vez!)

Una vez que usted y su compañero están en su lugar, usted debe intentar orinar. Si lo logra, permita que la orina fluya por aproximadamente tres segundos. Después de completar con éxito el primer intento de orinar, reúnase con su compañero y tome un descanso de aproximadamente tres minutos, después de los cuales usted debe tratar otra vez. Es mejor orientar el chorro de su orina de modo que haga el mayor ruido posible, porque hacer ruido mientras se orina es una preocupación para muchas personas con el síndrome de la vejiga tímida.

También es mejor evitar el uso deliberado de ruidos de fondo, como la corriente de agua de un grifo, porque de otra manera es muy probable que el tratamiento de exposición tendrá que ser repetido una vez que se elimine el ruido de fondo. En nuestra experiencia, usar ruido de fondo a menudo extiende el tiempo del programa de tratamiento.

Si usted tiene problemas para empezar el flujo, espere en el servicio sanitario por lo menos dos minutos antes de rendirse y tomar un descanso. Si usted siente que está a punto de orinar después de dos minutos, espere otros dos minutos más en el servicio sanitario antes de rendirse. Generalmente esperar más de cuatro minutos no es de ayuda. Si el intento no es exitoso, tome un corto descanso de unos tres minutos antes de intentar de nuevo.

También haga que su compañero retroceda de donde usted no tuvo éxito la última vez, y una vez que vuelva a tener éxito, haga que su compañero se mueva gradualmente hacia el punto donde usted falló la última vez. Si usted no tiene compañero, practique orinar en baños públicos que estén vacíos al principio y luego muévase a situaciones donde una persona esté presente.

Una vez que usted tiene éxito en empezar el flujo de orina, haga que su compañero se mueva lentamente cada vez más cerca de usted hasta que usted sea capaz de orinar con él directamente detrás de usted. (Nota: las mujeres no tienen que tomar este paso).

Esto puede requerir varias sesiones. Si usted está practicando sin un compañero, muévase lentamente a baños públicos con mayor cantidad de personas después que usted tenga éxito con una sola persona presente.

Para los hombres es probablemente mejor usar el urinario en todas las prácticas. Si esto no es posible, su auto-tratamiento puede durar más, porque usted tendrá que practicar primero en el excusado y luego pasarse al urinario.

Una vez que usted tenga un éxito consistente con un poco de gente presente en el baño público, muévase a otro con más gente. Los baños públicos útiles para esta práctica incluyen aquellos en las áreas de descanso entre estados, aeropuertos con mucho movimiento, eventos deportivos, conciertos o teatros.

Es importante revisar algunas normas generales en este punto. Es mejor practicar frecuentemente, preferiblemente varias veces por semana. Las sesiones más largas son preferibles a las más cortas. Sesiones que duren alrededor de una hora son mejores, con la meta de conseguir de 15 a 20 intentos en cada una de las horas de sesión. Usted puede necesitar cargar fluidos continuamente durante la sesión o beber café o una bebida cafeinada suave para tener suficiente presión y orina durante su sesión.

Si usted tiene problemas en iniciar el flujo un día y luego tiene éxito en el siguiente, no se preocupe demasiado, ya que muchas personas experimentan inconsistencia en su progreso. Si usted tiene problemas con un paso específico en el proceso de exposición gradual, trate de encontrar un término medio entre su anterior éxito y el paso que le está dando dificultades.

Uno de los errores que la gente comete más frecuentemente al hacer su trabajo de exposición gradual es moverse demasiado rápido hacia arriba de la jerarquía de comportamiento. De hecho, unas pocas pulgadas pueden hacer la diferencia, ¡porque los límites que marcan cuales son las situaciones inseguras o seguras están definidos con esa precisión en nuestras propias mentes!

Usted puede esperar que el auto-tratamiento requiera de 8 a 12 sesiones antes de que usted sea capaz de orinar libremente. Desde luego, este es un promedio, usted puede requerir menos o más. Es importante saber que el tratamiento ha sido útil a muchas personas, pero que no hay garantías que le ayudará a usted. Nuestros datos indican que cerca del 80% de los paruréticos que usan nuestras técnicas reciben un grado significativo de ayuda.

En muy raras ocasiones se da el caso de personas que no son capaces de orinar durante la práctica y que luego tampoco son capaces de orinar cuando regresan a casa. Si esto le sucede a usted busque atención médica. Si no se trata, esto puede constituir una emergencia médica, así que usted debe buscar inmediatamente a un urólogo para obtener alivio y ayuda.

Finalmente, si su auto-tratamiento falla, consulte a un terapeuta conductual entrenado para que le ayude. Usted también querrá consultar a su médico otra vez para estar seguro que no hay nada físicamente incorrecto con su sistema urinario.

Lo que usted puede hacer acerca de la Paruresis

Pasos Concretos

Para aquellos que padecen de paruresis o que conocen a alguien que padecen de esta fobia social, hay cosas que uno puede hacer: Visite nuestro sitio web en http://paruresis.org [en inglés] y obtenga la más reciente información acerca de este desorden de ansiedad. Hay un grupo de discusión moderado, accesible desde el sitio web, así como un lugar para hacer preguntas.

Si usted no lo ha hecho todavía, empiece a hablarle a sus seres queridos, amigos, parientes y compañeros de trabajo acerca de la paruresis. Una respuesta muy típica es: ¡Ah, conozco a alguien que padece de eso! O incluso, usted sabe, ¡yo tengo el mismo problema!

Únase a la International Paruresis Association (IPA, por sus siglas en inglés de «Asociación Internacional de Paruresis»), una organización exenta de impuestos y sin fines de lucro, para mantenerse informado de los últimos desarrollos acerca del tema. La IPA, Inc, actúa también para educar al público, recoger y diseminar información útil y buscar tratamientos efectivos para la paruresis. También IPA puede remitirlo a un profesional de la terapia conductual y cognitiva para ayudarlo con su problema de paruresis. Este enlace lo llevará a nuestro formulario de registro.

Búsquese un compañero con quien practicar las técnicas conductuales de exposición gradual descritas anteriormente en este panfleto. El sitio web le permite a usted acceder a una lista de compañeros en la que usted también puede colocar su nombre o encontrar a alguien más buscando un compañero en su zona. La IPA, Inc, puede también ayudarle a encontrar a alguien para que trabaje con usted en su área.

Asista a alguno de los talleres semanales de IPA y practique con otros para empezar a recuperarse de su paruresis. Hay talleres que son llevados a cabo en diferentes tiempos del año en diferentes partes de Estados Unidos y en algunas locaciones internacionales. Revise el sitio web para ver un calendario de futuros talleres.

Únase a un grupo de apoyo (o Pee-Fest) en su área, o empiece uno usted mismo. Ser parte de un grupo mensual de apoyo de una manera constante es una de las mejores maneras de vencer a su miedo de orinar en público. Los miembros de un grupo de apoyo practican juntos en centros comerciales, cines, áreas de descanso, aeropuertos, y otros lugares para vencer su paruresis. IPA puede informarle a usted si hay si hay un grupo de apoyo en su área, y si no, como empezar uno. Este enlace lo llevará a nuestra lista de grupos de apoyo.

Más que cualquier otra cosa, una práctica constante en forma semanal, o incluso diaria, le permitirá a usted recuperarse de su paruresis de una manera oportuna. La persistencia y una práctica consistente son esenciales para su mejoramiento.

Paruresis y las Pruebas Antidrogas

En estos días, mucha gente se enfrenta a las pruebas antidrogas, ya sea en sus trabajos, o en algunos casos, en las prisiones. No hay una respuesta clara a la pregunta: ¿Puedo evitar dar una muestra de orina bajo escrutinio en mi trabajo o en prisión? Para aquellos que trabajan en empleos financiados con fondos públicos, la Americans with Disabilities Act (ADA) puede protegerlo a usted de una prueba aleatoria de orina. Esto también puede ser cierto en el sector privado.

La mejor manera de abordar el problema es siendo sincero con su patrono. Hágale saber a su patrono que usted sufre de un trastorno de ansiedad llamado paruresis, el cual está incluido en el listado de la Diagnostic Statistical Manual of Mental Disorders (Manual de Diagnóstico Estadístico de Desórdenes Mentales) con código 300.23, y de que bajo la ADA a usted deben dársele comodidades razonables en términos de pruebas antidrogas.

Esto significa que su empleador debe permitirle dar una muestra de cabello o sangre en vez de una muestra de orina. Si usted pertenece a un sindicato, usted también debe advertirles de su situación para que ellos puedan apoyarlo en caso de una acción disciplinaria. Usted debe hacer que un doctor, urólogo, psicólogo o psiquiatra documente su condición. También es aconsejable que pague por una prueba antidrogas inmediatamente después de ser incapaz de producir una muestra de orina para proteger sus derechos y que esto sea útil como evidencia en una corte.

Las personas con paruresis deben tener más cuidado con el uso de drogas recreacionales, ya que las pruebas con muestras de cabello pueden detectar el uso de drogas que haya ocurrido muchas semanas antes, e incluso meses, antes del tiempo de la prueba, mucho más tiempo antes de lo que una prueba de orina puede detectar.

Acción Social: Involucrándose en el Cambio de las Condiciones que Tienen que ver con la Paruresis.

Un importante componente de su recuperación es dar a conocer en público su condición. Pero más que eso, es importante que usted tome acciones para cambiar las condiciones que causan la paruresis en primer lugar. Una cosa que usted puede hacer es estar consciente de cuan fácil puede ser para alguien desarrollar paruresis. La educación es crucial en este asunto. Hablar de esta condición, especialmente en la escuela y los locales médicos, es muy importante. Si usted tiene niños, asegúrese de que nunca sienta presión en relación con las funciones corporales. (¡Podrías POR FAVOR apurarte y hacerlo ahora mismo!)

Segundo, infórmeles a los maestros de sus niños acerca de la paruresis. De esta manera, ellos tendrán la oportunidad de prevenir condiciones que permitan que se desarrolle en las instalaciones de la escuela.

Tercero, en su lugar de trabajo, clubes de salud, y otras instalaciones públicas, si usted encuentra que el diseño de un baño público no es apropiado (sin divisiones entre los urinarios, o con tazas de urinario bajas), hágaselo saber al gerente y pídale hacer algo al respecto.

Cuarto, publique un anuncio de IPA en su periódico local para pedirle a la gente que nos contacte si ellos quieren información acerca de la paruresis o contactar a alguna persona para compañero o grupo de apoyo en su área.

Finalmente, escriba cartas a columnistas de periódicos (Dear Abby, Ann Landers) o al editor de su periódico local, para dar a conocer el problema.

Todos estos pasos le ayudarán a sentirse en control en relación a la paruresis.

Traducido de paruresis.org.

Unas pocas notas sobre la Paruresis

Por: Christopher J. McCullogh, Ph.D. Autor de: “Free to Pee” (Libre para Mear)
(Este libro está disponible en la tienda del IPA)

¿Qué es la Paruresis?
Auto-conciencia y Auto-contención
Bosquejo de los Factores que Contribuyen a la Paruresis
Resistencia a la Recuperación

Una mujer me llamó hace muchos años y me dijo que no había dejado su casa en veinte años. Le dije que eso me parecía interesante, ¿pero en que puedo ayudarle? “Bueno” dijo ella, “es que quiero salir”. “Ah, ya veo, tal vez yo le pueda ayudar”. El punto es que el criterio para determinar si una persona sufre o no de un problema viene de la experiencia individual, no de factores externos como un diagnóstico psicológico o terapeutas, amigos o la opinión de la familia.

Por ejemplo, hay personas que no pueden orinar en un urinario bajo ciertas circunstancias, pero que sí lo pueden hacer utilizando un escusado. Ellos no consideran esto como un problema, otra persona con exactamente la misma situación lo considera como una seria discapacidad y siente que su vida entera pierde valor debido a eso.

Así que hay una relación entre los hechos objetivos, como por ejemplo, el grado de libertad para orinar en ciertos ambientes y la actitud que uno toma hacia ello; lo que yo llamo “Paruresis Secundaria”. Aun más, no solo la actitud juega un papel en definir si una persona padece o no de una incapacidad, sino que revela el hecho de que la actitud no es inherente al comportamiento, sino que es asignada por el individuo afectado. Puede que no parezca así porque el significado que uno le ha asignado puede haber sido hecho hace muchos años atrás. Como no ser capaz de orinar en la presencia o anticipada presencia de otros significa cosas diferentes para diferentes personas, no es posible asegurar que tiene un significado inherente en sí mismo.

Se discute mucho si la psicoterapia es útil o necesaria para tratar el problema, pero en lo que respecta a la paruresis secundaria yo creo que hay un indicativo más fuerte de que algo de importancia sucede en algunos individuos en los que la paruresis es un síntoma. Yo he encontrado que la paruresis es un asunto psicológico mucho más complejo de lo que uno podría suponer al principio. Yo creo que tratar la paruresis como un problema en vez de tratarlo como síntoma de un problema limita la recuperación potencial. Tengo dos pacientes que se describen a sí mismos como recuperados que hicieron poca o ninguna desensibilización conductual u otros tratamientos sintomáticos (como tomar medicamentos). El trabajo que hicieron ellos en la terapia estaba enfocado en temas de autoestima y confianza que incluían un énfasis en desarrollar una comunicación asertiva.

Habiendo trabajado con muchas fobias a lo largo de los años, incluyendo el miedo a los pájaros, a las serpientes, payasos, teléfonos, casas incendiadas, etc., un elemento parece estar presente en todas ellas. La sensación de que el objeto de la fobia o la situación en que se da tiene más poder del que ellos tienen o sienten. Por medio de la reducción del poder del objeto o situación o incrementando el poder que las personas sienten en sí mismas la fobia es eliminada o reducida. En lo que respecta a la paruresis yo creo que hay también una relación de poder o de falta de él en el urinario, de manera que mi enfoque psicoterapeutico en el trabajo con mis pacientes con paruresis es construir o reconstruir un sentimiento de poder en su interacción con otros. Esto es algo que puede ser dirigido a la vida normal de uno, a las situaciones no paruréticas, las cuales mejoran en forma indirecta la capacidad de orinar en público.

Como nota al pie. Yo no uso el término “parurético” para describir a una persona con paruresis. Pienso que uno siente cierto alivio al principio al saber que el asunto tiene un nombre y de que otros experimentan lo mismo. Sin embargo, más allá de eso, me parece que puede sugerir que el propio ser de uno está siendo definido por el término. “Soy un parurético” parece ser inmerecido y falso al mismo tiempo. Yo no sé cuanto tiempo se toma usted en mear (o en no mear), pero el verdadero tiempo que requiere es pequeño en comparación con todo lo demás que usted es. Sé que es más conveniente decir parurético que una persona con paruresis, pero creo que la distinción es importante. En general creo que las descripciones son menos restrictivas que las etiquetas. Las etiquetas ofrecen una manera de identificar una experiencia pero pueden también crear límites que luego se vuelven prisiones.

¿Qué es la Paruresis?

Cuando cualquier término es usado para describir la experiencia humana, se asume que hay algún elemento universal o esencia que existe en cada ejemplo en el que el término se aplica. Sin embargo, como sucede con todas las etiquetas, la esencia universal de la paruresis es elusiva. Por ejemplo, la paruresis es considerada por muchos como una “Ansiedad Social” o “Fobia Social”. Sin embargo, muchos de los que experimentan dificultad en orinar en presencia de otros no están en absoluto ansiosos. También parece claro que para muchos hay un pronunciado o al menos vago temor de una evaluación negativa por parte de otros (otra característica de la ansiedad social) que pueden notar que no están orinando. Algunos, quizá pocos en número, reportan que no tienen tal preocupación. Algunos ven una conexión histórica entre algún evento perturbador de la infancia y la paruresis de adulto, otros no. Algunos ven una conexión entre la paruresis y asuntos relacionados con el pene, como ser tamaño, si está circuncidado o no, etc. Luego está el miedo de que piensen que uno es homosexual o el temor de los propios sentimientos homosexuales.

La causa universal de la paruresis es ambigua, y talvez eso es así porque la simple incapacidad o dificultad de orinar delante de otros puede tener muchas causas y factores que contribuyen. Esto implica, por supuesto, que ningún tratamiento es efectivo para todos. A pesar del hecho de que todos preferimos los problemas claramente definidos con soluciones claramente definidas, la realidad es que la experiencia humana no se conforma a los principios científicos. Cada uno de nosotros, en principio, es un excéntrico, misterioso, complejo y único conjunto de experiencias biológicas, psicológicas, sociales, ambientales e históricas. Uno nunca puede entender a un “parurético”, solo a un individuo único que tiene dificultad para orinar en ciertas circunstancias. Más allá de esa definición se encuentra el ser individual que merece respeto y cuidados individuales.

Yo creo, y lo he visto en algunos pacientes con los que he trabajado, que la paruresis es una oportunidad de lidiar con asuntos que mejoran grandemente su calidad de vida. Trabajar con paruresis es a menudo difícil, aburrido y molesto, ¡todo esto solo para ser capaz de mear! ¡no es justo! Después de todo, uno no debería preocuparse por cosas como ésta. Se comprende que haya resentimiento.

La paruresis, vista como un síntoma, sin embargo, ofrece la promesa de que tratando los asuntos que están detrás de ella, uno puede mejorar grandemente su calidad de vida. El modelo de usar la paruresis como un vehículo para el crecimiento es mucho más admisible que los estériles esfuerzos necesarios solo para ser capaz de mear y nada más.

Auto-conciencia y Auto-contención

En este punto, pienso que una auto-conciencia inapropiada o disfuncional es el factor común que se encuentra en todas las variaciones del problema. Una persona puede tropezar mientras camina cerca de un grupo de gente que la mira fijamente. En este sentido, la paruresis es como caerse debido a la torpeza que causa la timidez. Algunas personas no pueden tener sexo delante de sus mascotas. No es un discernimiento particularmente brillante decir que la auto-conciencia tiene relación con la paruresis, pero antes que tratar de no ser auto-consciente; por ejemplo, usando tablas de multiplicar, relajación, etc., estoy interesado en explorar como puede uno, a voluntad, adquirir un sentido de “auto-contención”. Recuerdo a un anunciante de deportes describir a Tiger Woods como “un capullo de concentración”. Un paciente me dijo una vez que él experimenta esto más a menudo cuando pilotea un avión.

Hay algo que pasa en el urinario que parece sacarlo violentamente a uno de este estado de auto-contención. Uno podría incluso verlo como un asunto territorial. Una sensación del propio espacio siendo invadido. Aun sin los asuntos colaterales del temor a la crítica o la ansiedad etc., la sola presencia de alguien puede causar una auto-conciencia paralizante.

El psicólogo Fritz Perles dijo una vez que la cura para el miedo a hablar en público era “recuperar tus propios ojos”. Una persona es un orador ansioso cuando se sale de sí misma y trata de verse a sí misma como la audiencia la mira. En ese proceso uno se ha abandonado a sí mismo y hecho a sí mismo un objeto. El remedio es “quedarse en casa” y enfocarse en la audiencia tan intensamente que usted pierde el sentido de sí mismo, recuperando de esa manera sus propios ojos. Un entrevistador le preguntó a un jugador de béisbol como podía él concentrarse con todo el ruido de la multitud. El dijo: “¿Cuál ruido?”. Un paciente me dijo que Jack Nicklaus tenía la habilidad de conectarse con la multitud y luego volverse totalmente hacia adentro y enfocarse en el siguiente disparo.

Cuando nos volvemos auto-concientes nos convertimos en un “objeto”. Cuando estamos “en casa” con nosotros mismos nos convertimos en un sujeto que mira hacia fuera. Pero al evitar hacer de nosotros un objeto, como en el ejemplo del que habla en público, existe el reto de permanecer así en presencia de otros. Cuando alguien nos mira nos convertimos en un objeto para esa persona. Sartre se refiere a esto como “la mirada fija”. Para no permitir que la mirada fija de otro lo convierta a usted en un objeto se requiere que usted se aferre a su subjetividad, es decir, mantener la dirección de la conciencia desde el ser hacia el mundo, en vez de estar concentrada en sí misma.

Existen importantes implicaciones para esta idea en lo que respecta al tratamiento de la paruresis. Dicho en forma simple, si uno lograra desarrollar la capacidad de establecer un sentido de auto-contención en cualquier situación, eso eliminaría la causa esencial del bloqueo que se produce en las situaciones parureticas. Tendría la característica de hacer olvidar el mundo externo, eliminando así la posibilidad de auto-conciencia. Lo bueno de este discernimiento es que la capacidad de adquirir auto-contención puede ser practicada en cualquier parte, a cualquier hora, en vez de los esfuerzos raros y consumidores de tiempo en tratar de desensibilizarse en las situaciones de baños públicos. Usted puede hacer primero una lista de situaciones cotidianas que podrían ser usadas para practicar esta habilidad.

Bosquejo de los Factores que Contribuyen a la Paruresis

  1. Causas psicológicas subyacentes.
    1. Traumas infantiles (ser importunado, inseguridades acerca del pene).
    2. Sentimientos generalizados de falta de adecuación.
    3. Padres que critican.
  2. La importancia que uno le asigna a la Paruresis (Paruresis Secundaria).
  3. Factores ambientales.
    1. Proximidad de otros.
    2. Ruido.
    3. Relación personal con otros (amigo, jefe, extraños).
    4. Características de otros: (edad, tamaño corporal, tamaño del pene).
  4. Características Personales
    1. No ser asertivo.
    2. Ser sensible a lo que otros puedan pensar.
    3. Temor de ser visto como inadecuado.
  5. Estado de ánimo o actitud en el momento.
    1. Optimista/pesimista.
    2. Sentimiento general del valor propio.
  6. “Contaminación” sexual.
    1. Un homosexual que no separa la función de orinar de la función sexual.
    2. Un heterosexual al que le preocupa que otros puedan ver su incapacidad para orinar como evidencia de homosexualidad.
  7. Factores Físicos
    1. Uretra angosta.
    2. Próstata agrandada.

Resistencia a la Recuperación

Toda persona con paruresis desea superar su problema, pero también hay factores en juego que se resisten a su recuperación. Una de esas razones puede ser que la paruresis se haya vuelto una parte de nosotros de la que talvez no nos queramos deshacer, porque se ha vuelto parte de la identidad personal. Aun algo tan negativo como la paruresis puede dejar un sentimiento de extrañeza con uno mismo. “Me conozco a mí mismo como un parurético, perder eso sería como perder una parte de mí”; podría uno sentir. La necesidad de seguridad que se satisface evitando el cambio es muy humana, y tendemos a aferrarnos a lo que nos parece familiar. En este sentido es bueno darse cuenta de que hay una batalla tanto con uno mismo como con la paruresis en sí. Por ejemplo, no es raro que un paciente que sufre de ansiedad crónica nos diga cuan ansioso se siente después que ha experimentado un momento de relajación.

Una segunda fuente de resistencia a la recuperación puede ser el hecho de que la incapacidad puede haber llevado a una asociación con otros con el mismo problema, la cual uno quisiera mantener. Uno obtiene un sentido de pertenencia y hay algo muy satisfactorio en compartir un problema común. Recuperarse es perder la membresía del grupo.

También puede haber un sentimiento de culpa en la recuperación. Un ejemplo es cuando dos personas con sobrepeso se hacen amigas, si una de ellas pierde peso puede sentir que la otra persona se sentirá abandonada o rechazada. Para evitar la culpa ellas mantienen su obesidad. Mejorarse cuando otros no lo hacen puede resultar en la “culpa del sobreviviente”. Puede también haber muchos otros sofisticados factores de resistencia que tengan que ver con problemas familiares no resueltos, etc. El punto importante es que si usted no está consciente de cual parte de usted se resiste a la recuperación su progreso será más difícil.

Pensamiento al Azar

Si mear no involucrara los genitales de uno, ¿habría personas con paruresis? Si uno orinara con el dedo índice izquierdo, ¿tendríamos a la IPA? Desde luego, si para orinar se empleara el dedo medio eso haría que la expresión “darle el dedo a alguien” cobrara un significado totalmente nuevo.

Solo un pensamiento.

Traducido de: paruresis.org

Paruresis – Wikipedia

Lo que sigue es una traducción de la entrada de Wikipedia en inglés sobre la paruresis:

La paruresis es un tipo de fobia en la que el paciente es incapaz de orinar en la presencia (real o imaginada) de otros, como en el caso del uso de un baño público. Afecta más comúnmente a los hombres, aunque hay mujeres que la sufren. La condición análoga que afecta al movimiento del intestino se conoce como parcopresis.

Contenidos

Impacto

Muchas personas tienen episodios breves y aislados de dificultad urinaria en situaciones donde otras personas están muy cerca. La paruresis, sin embargo, va mucho más allá de la simple timidez, de la vergüenza, miedo a la exposición, o miedo a ser juzgado por no ser capaz de orinar.

Otras personas pueden encontrar que son incapaces de orinar mientras van en vehículos en movimiento, o experimentan fijación en los sonidos de su orina en los baños públicos silenciosos o residenciales.

En casos severos, una persona con paruresis solo puede orinar cuando está solo en casa o en el proceso de sacarse la orina con una sonda (cateterización).[1]

Aunque la mayoría de los pacientes reportan que desarrollaron la condición en la adolescencia, ésta puede aparecer a cualquier edad. Además, debido a los diferentes niveles de gravedad de una persona a otra, la primera experiencia del problema de algunas personas ocurre cuando se «traban» tratando de producir una muestra para una prueba de drogas.

Muchas mujeres no saben que ellas también están sujetas a la paruresis; los artículos escritos sobre las mujeres y la micción destacan otras disfunciones urinarias femeninas, tales como la incontinencia urinaria o la micción frecuente.

Algunas personas hacen frente a este padecimiento reteniendo la orina en forma deliberada, absteniéndose de ingerir líquidos, o localizando baños desocupados o que solo pueden ser usados por una sola persona a la vez. Los casos más graves de este trastorno pueden tener efectos restrictivos sobre la vida de una persona.

En los casos que van de moderados a severos, la superación de la paruresis puede ser extremadamente difícil sin la ayuda de un psicólogo, un terapeuta o de un grupo de apoyo.

Los enfermos graves puede que no estén dispuestos a viajar lejos de su casa o ser capaces de formar relaciones íntimas. Otros no pueden orinar, incluso en su propia casa, si pueden escuchar que alguien más está allí.

Algunos medicamentos pueden causar dificultad para orinar, los opiáceos como la heroína, hidrocodone, o los opioides sintéticos como la metadona. Hay variaciones en la gravedad de persona a persona, pero muchos usuarios y consumidores de estas sustancias sufren de paruresis. En parte esto es un efecto secundario físico de estas substancias, pero a menudo es al parecer un síntoma psicológico, directamente relacionados con la «timidez», etc, como la paruresis.

Mientras que las drogas como la heroína pueden hacer que sea más o menos imposible de orinar, el efecto puede variar, y muy a menudo tiene un parecido directo a la paruresis «ordinaria», es decir, el usuario puede encontrar imposible el orinar en absoluto, o él o ella puede sólo ser capaz de orinar cuando está solo/sola.

La Buprenorfina (como el sustituto opiáceo del Suboxone) parece ser un poco diferente de los opiáceos «normales», ya que provoca síntomas más o menos coincidentes con la paruresis, con la dificultad directamente relacionada con factores psicológicos. En comparación, los opiáceos, pueden causar una gran dificultad, independientemente de la presencia (real o imaginada) de otras personas. Muchos usuarios de Suboxone experimentan una gran dificultad si saben o sienten que los demás puedan verlos o escucharlos orinar. Esto puede causar dificultades, ya que el Suboxone, al ser utilizado en programas de prevención del abuso de substancias, a menudo requiere que los pacientes presenten muestras de orina, lo que puede ser muy difícil para muchos pacientes.

Algunos usuarios de Suboxone nunca experimentan esto, mientras que otros lo hacen sólo de forma esporádica. Esto puede afectar a los pacientes, incluso si nunca han tenido ningún problema con paruresis antes de comenzar el tratamiento. No está claro cual es el mecanismo que produce esto.

Esto es sin duda de naturaleza psicológica, ya que una persona puede experimentarlo cuando está sola, o sin esperarlo pueda que no tenga ninguna dificultad, incluso cuando otros están cerca.

Muchos usuarios han encontrado que el sonido del agua corriendo u otros sonidos para «encubrir» el sonido de su orina son necesarios, pero una vez que el flujo de orina comienza éste fluye normalmente hasta su finalización.

No está claro cómo estas sustancias químicas causan la reacción psico-física descrita. La inclusión de ésta en los «efectos secundarios» de la medicación es esporádica. Algunas farmacias la incluyen en la lista de posibles síntomas, mientras que otras no la mencionan.

Origen del término

El término Paruresis fue acuñado por Williams y Degenhart (1954) en su artículo «Paruresis: un estudio de un trastorno de la micción» en la Revista de Psicología General 51:19-29. Los investigadores encuestaron a 1,419 estudiantes universitarios y encontraron que un 14,4% había experimentado paruresis, ya sea en forma espóradica o continua.

Otros términos

La paruresis también se conoce por muchos términos coloquiales, incluyendo el de vejiga tímida, riñones tímidos, miedo escénico, miedo de mear, urofobia, timidez de la orina, el síndrome de la orina pública, pistola tímida, el síndrome de vejiga tímida y bloqueo de aire. También se conoce como retención urinaria psicógena.

Reconocimiento general

Hay un creciente reconocimiento de la condición por parte de el Servicio Nacional de Salud Británico (NHS) y el gobierno del Reino Unido.

La condición está comprendida en las reglas para las pruebas de orina obligatorias de drogas en las prisiones del Reino Unido, y los tribunales de prestación por incapacidad del Reino Unido también la reconocen. La condición aparece en la enciclopedia en línea de la NHS de condiciones y trastornos.[2]

Ahora se informa que ha sido aceptada como una razón válida para excusarse para no integrarse a un jurado.[3] Desde el 1 de agosto de 2005, la orientación sobre las normas relativas a las pruebas de las personas en libertad condicional en el Reino Unido cita explícitamente la paruresis como un motivo válido para alegar incapacidad de producir una muestra que no debe interpretarse como una negativa.

La condición es reconocida por la Asociación Americana de Urología, que la incluye en su directorio en línea de condiciones.[4] Ha sido de vez en cuando el tema de columnas de consejos, como la de Ann Landers, a la que los pacientes han escrito y han sido aconsejados a su problema.

En el Manual Estadístico y de Diagnóstico de Trastornos Mentales de Estados Unidos (DSM-IV) TR, se clasifica como una forma de fobia social a la que también se conoce como un tipo de ansiedad social crónica, pero que es cuestionada por algunos médicos.[5]

El Contexto y las Muestras de Orina

Pueden haber graves dificultades con las pruebas de drogas en el lugar de trabajo, donde se insiste en muestras de orina bajo observación, si el régimen de pruebas no reconoce y atiende a la condición. En el Reino Unido los empleados tienen un derecho general a no ser despedidos injustamente, y por lo tanto tienen una posible defensa si esta situación se presenta, pero esto no es así en todas partes.

Existe una creciente evidencia que sugiere que algunas autoridades de las pruebas de drogas ven a la paruresis como una molestia y una pérdida de tiempo, y algunos implementan «procedimientos de la vejiga tímida» solo para cumplir un protocolo, sin interesarse realmente en el problema, y donde no hay pruebas de que haya llevado a cabo ninguna investigación real en la materia.

En la Agencia Federal de Prisiones de los Estados Unidos, el Código de Regulaciones Federales establece que «Se presume que un recluso no está dispuesto a proporcionar una muestra de orina si se rehusa a proporcionarla en el plazo asignado. Un preso puede refutar esta presunción en el proceso disciplinario». [6]

Aunque los tribunales de EE.UU. han determinado que la incapacidad de proveer de tratamiento a las personas a las que se les ha diagnosticado paruresis podría violar los derechos constitucionales del recluso, los tribunales también han «rechazado sistemáticamente los intentos que consideran sospechosos o sin fundamento de alegar paruresis como defensa en caso de no poder realizar la prueba de drogas»[7], particularmente cuando no hubo testimonios de historia clínica o el testimonio de un médico para respaldar el alegato de paruresis.[8]

La Asociación Internacional de Paruresis hace hincapié en la importancia de documentar médicamente la condición, ya que «la persona que es incapaz de producir una muestra de orina se presume culpable en la ausencia de cualquier prueba».[9] Algunas prisiones han ofrecido el uso de una «celda seca», es decir, una celda sin instalaciones sanitarias, contando con sólo un contenedor para los residuos del prisionero, para ofrecerle facilidades a los presos que se encuentran afectados por paruresis, lo que les impide proporcionar una muestra de orina bajo observación.[10]

Los códigos y procedimientos para las pruebas de drogas en el deporte son establecidos por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA). Consultas hechas a la AMA revelan que sus códigos de dopaje no preveen la condición en absoluto, y dicen que nunca han tenido ningún reporte de problemas con eso.

Referencias

  1. Paruresis – shy bladder syndrome – Better Health Channel
  2. NHSDirect Site – reference to paruresis
  3. – UKPT page re: jury service and incapacity benefit cases.
  4. American Urological Association – Paruresis
  5. Hammelstein P, Soifer S (2006). «Is «shy bladder syndrome» (paruresis) correctly classified as social phobia?». Journal of anxiety disorders 20 (3): 296–311. doi:10.1016/j.janxdis.2005.02.008. PMID 16564434.
  6. Code of Federal Regulations, Title 28: Judicial Administration, Part 550—Drug Programs, Subpart D—Urine Surveillance, § 550.31 Procedures
  7. Medard v. Doherty, 2007 NY Slip Op 32130 – NY: Supreme Court, New York 2007
  8. In the matter of Becker v. Goord, 13 AD 3d 947 – NY: Supreme Court, Appellate Div., 3rd Dept. 2004
  9. http://www.paruresis.org/FAQ/faq_page_4.htm
  10. Meeks v. Tennessee Department of Correction, Tenn: Court of Appeals, Nashville 2008

Enlaces Externos

Frases sobre la paruresis

A continuación presento algunas frases interesantes sobre la paruresis tomadas de algunos artículos en inglés sobre el tema. La mayoría de frases son de Steven Soifer, co-fundador de la Asociación Internacional de Paruresis (IPA, por sus siglas en inglés).

“Para alguien que sea un parurético crónico, si alguien le pusiera una pistola en la cabeza y le dijera ‘tienes que mear o morir’, esa persona moriría.
— Steven Soifer
Don’t look now … you may have a bashful bladder

“Cuando yo era un chico en quinto grado, fui al baño y algunos chicos me importunaron. Entonces fui al escusado y ellos intentaron derribar la puerta. Estoy casi seguro de que eso fue lo que pasó y que por eso tengo el problema”
— Steven Soifer
Don’t look now … you may have a bashful bladder

“La paruresis es un trastorno de ansiedad social y varía en intensidad; puede ir desde un intento fracasado en un juego de fútbol americano hasta la agorafobia total. Una mujer a la que tratamos sólo podía hacerlo en su propio jardín por la noche. Ella vino para una sesión, y luego nunca más la volvimos a ver.
—Steven Soifer
Stephen Soifer

“A mucha gente con incontinencia o impotencia, el miedo a pasar una vergüenza los motiva a buscar ayuda médica. Mientras que a los paruréticos, la ansiedad puede llevarlos más bien a no buscar tratamiento. Como resultado, se vuelven rehenes de sus propias vejigas.
—John Morgan
Bashful bladder hangs up nature’s call

“La fobia se mantiene en secreto, debido a la naturaleza vergonzosa y bochornosa de la condición. El secreto perpetúa la fobia y deja al parurético en una prisión virtual diaria, convirtiéndolo en un esclavo del baño seguro más cercano. Y debido a que los paruréticos tienen temor de hablar de su condición, por lo general no se dan cuenta de que tienen un problema muy común: la fobia social más común después del miedo a hablar en público. Por eso no buscan tratamiento hasta después de un promedio de 25 años de convivir con el padecimiento.
—Nancy L. Pickering
Paruresis: The Secret Bathroom Phobia

“[La paruresis] es probablemente la tercera cosa de la que más vergüenza da hablar — las otras dos serían la impotencia y la incontinencia. Hasta que tenía 40 años, yo pensaba que era la única persona en el mundo que la padecía. Así que parte del proceso de recuperación es hablar de ello. Eso le quita el carácter de secreto.
— Steven Soifer
Don’t look now … you may have a bashful bladder

“Una cantidad menor de hombres de la que pensamos puede ir a un urinario en forma de canal y orinar inmediatamente.
—Steven Soifer
Wistful Whizzers

“Casi todo el mundo conoce a alguien que tiene o ha tenido paruresis. Me gusta decir que usted puede convertir en parurético a cualquiera, o inducirle los síntomas, con solo crear las condiciones apropiadas, como someterle al hacinamiento, a pruebas antidrogas o a la cárcel. Imagine que a usted le digan: ‘Bájate los pantalones mientras observamos como haces pis’. Creo que de 80 a 90 por ciento de la población tendría problemas con eso.
—Steven Soifer
Stephen Soifer

“Cuando tenemos miedo se produce en nuestro cuerpo una reacción de adrenalina y el cuerpo automáticamente cierra el músculo interno del esfínter. Es una protección, porque si usted está corriendo por su vida, lo último que usted querrá hacer es pararse a orinar.
—Steven Soifer
Wistful Whizzers

“En la Edad Media los ejércitos maldecían a sus enemigos con la incapacidad para mear.
—Steven Soifer
Wistful Whizzers

“París es el sueño de un parurético. Lo mismo Tokio. Los cuartos de baño de hombres tienen a veces televisores a los que se les sube el volumen para que nadie pueda decir si usted está meando, o simplemente está ahí parado sintiéndose como estúpido. Una vez por accidente presioné un botón en un sanitario de Tokio que activó una grabación a alto volumen de un tanque de escusado vaciándose. Después entendí que mucha gente vacía el tanque primero para cubrir su sonido (o la falta de él), y que por eso millones de galones de agua estaban siendo desperdiciados. Por lo que se le pidió a la compañía de servicios sanitarios que ideara una solución ecológica alternativa, que resultó ser bastante bizarra.
—Steven Soifer
Bashful Bladders

“Yo no uso el término ‘parurético’ para describir a una persona con paruresis. Pienso que uno siente cierto alivio al principio al saber que el asunto tiene un nombre y de que otros experimentan lo mismo. Sin embargo, más allá de eso, me parece que puede sugerir que el propio ser de uno está siendo definido por el término. ‘Soy un parurético’ parece ser inmerecido y falso al mismo tiempo. Yo no sé cuanto tiempo se toma usted en mear (o en no mear), pero el verdadero tiempo que requiere es pequeño en comparación con todo lo demás que usted es.
—Christopher J. McCullogh
A Few Notes on Paruresis

“Si mear no involucrara los genitales de uno, ¿habría personas con paruresis? Si uno orinara con el dedo índice izquierdo, ¿tendríamos a la IPA? Desde luego, si para orinar se empleara el dedo medio eso haría que la expresión ‘mostrarle el dedo a alguien’ cobrara un significado totalmente nuevo.
—Christopher J. McCullogh
A Few Notes on Paruresis

“Los baños públicos de Australia son horribles, básicamente son paredes en las que uno orina.
—Steven Soifer
Stephen Soifer

“Si usted tiene niños, asegúrese de que nunca sienta presión en relación con las funciones corporales. (¡Podrías POR FAVOR apurarte y hacerlo ahora mismo!)
About Avoidant Paruresis

“Observen en los baños públicos lo que hacen los hombres que supuestamente orinan en forma normal. Todos ellos tienen UNA MANERA MUY PERSONAL DE EMPEZAR A ORINAR. Unos miran hacia abajo, otros hacia arriba, otros miran la pared que está enfrente de ellos, algunos se inclinan hacia el urinario con una mano apoyada en la pared, etc. TOME usted una actitud de ME VALE VERGA, usted está ahí para mear, tomará todo el maldito tiempo que sea necesario – y aprenderá de la experiencia aun cuando falle en desaguar. Solo vaya al siguiente urinario e inténtelo otra vez y otra vez, ¡y otra vez!
Wistful Whizzers

“Tratar la paruresis (el nombre técnico de este problema), es probablemente menos dificil de lo que te imaginas. Aunque esto puede sonar extraño, cuando tratamos esta condición generalmente te pedimos que vayas a un baño público y practiques NO orinar. Como la naturaleza de este problema está relacionada con tus sentimientos de verguenza e incomodidad en instalaciones públicas, la meta es tratar de que te sientas más cómodo y menos ansioso cuando te toque orinar. También debes de tratar de ser consciente de lo que te dices a ti mismo cuando estás en un baño público. Estos pensamientos pueden contribuir a mantener alto tu nivel de ansiedad y por lo tanto afectar tu capacidad de orinar.
—Cheryl Carmin, Ph.D.
Bashful Bladder

“He sufrido de paruresis por 30 años, y he estado en recuperación en los últimos seis, pero no estoy curado. Esto es algo parecido al alcoholismo. Uno se puede recuperar cerca del cien por ciento, pero se puede producir otra vez en ciertas situaciones. Por esa razón no hablo de una cura.
—Steven Soifer
Choking at the Bowl

Mi experiencia con la paruresis

Yo empecé a tener problemas para orinar en público desde que era niño.

Antes de ir a la escuela, ya en el kinder, nunca iba al baño de los niños ya que me daba vergüenza pensar que alguien pudiera ver «mis partes». A esa edad yo no tenía un completo control sobre mis esfínteres, y por lo tanto sucedía muchas veces que me orinaba en mis pantalones. Recuerdo que pasé algunas tardes secándome al sol.

Yo era un niño tímido, por ser hijo único y no tener con quien jugar en la casa. Fue esa timidez la que me hizo desarrollarme como un adolescente inseguro, con una baja auto-estima.

Ya sea en la escuela o en el colegio, siempre traté de evitar los baños públicos. Aprendí a retener la orina por varias horas, y no tuve mayores problemas al principio, ya que estaba relativamente cerca de casa. Con el fin de aguantar más tiempo trataba de evitar los líquidos.

Tuve varias experiencias traumáticas en mi infancia, relacionadas con la paruresis y la timidez de que vieran mis intimidades. Cierta vez estando en la casa de mi abuela, un primo trató de entrar al baño mientras yo estaba orinando, por lo que al tratar de detener la puerta me mojé los pantalones.

En otra ocasión un niño que vivía en la casa intentó entrar en el cuarto cuando yo estaba desnudo después de bañarme, por lo que al tratar de impedirle la entrada lo herí en el pie. Una vez que estaba en una casa ajena, sentí gran urgencia por orinar, y me costó bastante tiempo iniciar el chorro.

Durante los seis años de escuela primaria nunca fui al baño a orinar, a excepción de una vez en el último año, cuando por sentir una especial urgencia para orinar le pedí permiso a la maestra para ir al baño, con la mala suerte de que a un compañero se le ocurrió también pedir permiso y acompañarme al baño, con lo que no pude orinar, y tuve que aguantarme un par de horas antes de llegar a casa.

Recuerdo que el compañero en cuestión tenía la curiosidad de saber por qué yo no acostumbraba a ir al baño en el tiempo de recreo. Él creía que me daba vergüenza reconocer que estaba entrando en la pubertad y de que tenía pelos «ahí abajo».

En los últimos años del colegio me tocó orinar más seguido, y lo hacía en los cubículos de los escusados, ya que el urinario consistía en una abertura en el piso, con lo que al orinar era fácil ver el pene de la persona.

Lo más difícil fue cuando me tocó ir a la universidad, porque ya no estaba en mi pequeño pueblo, sino en la capital, y me tocó atravesar distancias más grandes y permanecer más tiempo en un solo lugar. Fue en ese tiempo cuando me dí cuenta de la gravedad de mi problema. Cada fracaso en intentar orinar podía ser bastante molesto, y la tensión que esto me producía lastimaba mi auto-estima (y mi vejiga).

Recuerdo una vez, cuando hice un viaje de dos horas a la capital, e intenté orinar en el urinario de piso de la empresa de transporte, y no pude hacerlo, ya que había muchos hombres que también estaban orinando a la par que podían verme. Estuve varios minutos intentándolo, pero no lo logré. Tuve que esperar hasta llegar al cuarto del hotel para poder evacuar.

El drama que se daba en mi mente por ese tiempo no era tanto el temor a que me vieran orinando, sino a que otras personas se dieran cuenta de que yo no podía orinar, por pura vergüenza. Esto puede parecer estúpido para alguien que no haya tenido el mismo problema, pero eso era lo que sucedía. Era un miedo que se alimentaba a sí mismo en un círculo vicioso.

La paruresis afectó mi vida social. Además de mi timidez, quizás esta fue una de las razones por las que no pude conseguir novia en ese tiempo.

Recuerdo que en la universidad muchas veces me tocaba buscar en varios baños las condiciones adecuadas para sentirme seguro al orinar. Iba de baño en baño, intentando orinar. Muchas veces disimulando el hecho de no haber tenido éxito, bajando la palanca del urinario como si realmente hubiera orinado y lavándome las manos.

Todo empezó a cambiar cuando encontré en Internet que yo no era la única persona con este problema, y que mi condición tenía un nombre: paruresis.

Fue un alivio el saber que yo no era la única persona en el mundo con este problema. El solo darme cuenta de esto le dio un gran impulso a mi recuperación.

Empecé a aplicar los consejos de la página de la Asociación Internacional de Paruresis (en inglés), sobre el tratamiento de desensibilización, que consiste en ir avanzando gradualmente hacia niveles más avanzados de dificultad para orinar.

Comprendí que no podía vencer la paruresis sino me enfrentaba a ella, que debía intentar orinar muchas veces y en diferentes situaciones. Al hacerlo pude controlar mi temor hasta hacerlo manejable.

También, buscando sobre técnicas de seducción en Internet aprendí a ser más sociable y pude conseguir mi primera novia.

Al día de hoy puedo decir que aunque mi paruresis no ha sido del todo vencida, ya que ocasionalmente experimento alguna vacilación en un baño público, la paruresis no es ya para mí el monstruo que solía ser: la paruresis ya no controla mi vida.

¿No puedes orinar en baños públicos?

Te puede haber sucedido más de una vez: Te dispones a orinar en un baño público, pero no logras relajarte lo suficiente para empezar a fluir y orinar normalmente. Entre más te tardas en empezar a orinar más ansiedad te da, y terminas frustrado en tu intento de orinar, pero con la vejiga todavía llena.

Te bloqueas con solo pensar en la posibilidad de que otras personas puedan darse cuenta de tu dificultad para orinar en público. Tu padecimiento te avergüenza y lo mantienes en secreto, pensando que solo a tí te sucede esto, pero no te desesperes, porque en realidad no estás solo.

Son millones de personas en el mundo las que sufren de paruresis, como se le conoce científicamente a este padecimiento. De acuerdo con la Asociación Internacional de Paruresis (IPA, por sus siglas en inglés), una organización sin fines de lucro que se dedica a crear conciencia sobre esta condición y a ayudar a las personas que la padecen, la paruresis afecta a alrededor de 7% de la población, lo que serían unos 17 millones de personas en Estados Unidos y unos 3 millones en Canadá.

Tampoco es un padecimiento nuevo, en la Edad Media los ejércitos maldecían a sus enemigos con la incapacidad de orinar en público, según Steve Soifer, fundador de la Asociación Internacional de Paruresis, aunque la primera referencia clínica a la condición se dio hasta la década de 1920.

Existen tratamientos disponibles al alcance de todos, grupos de apoyo y material informativo.

Hay personas que han logrado vencer la paruresis, y por lo tanto no debes perder la esperanza de lograrlo tú también.