Terapia de Exposición Gradual

Consiste en enfrentarse gradualmente a situaciones que representen un mayor grado de dificultad para el parurético.

Enfréntese al miedo para vencerlo, pero hágalo en dosis que resulten incómodas pero no abrumadoras.

Permítase experimentar la ansiedad sin pretender resistirla, para que esta disminuya y se extinga con el tiempo. Su ansiedad disminuirá cuando usted se confronte con ella una y otra vez, y su cerebro se de cuenta de que no hay nada que temer.

Lo que usted busca es desensibilizarse ante el miedo, por eso a esto también se le llama terapia de desensibilización.

Como dice el doctor Howard Liebgold, «el cerebro es un órgano que dice: ¡muéstramelo!«. Muéstrele a su cerebro que no hay justificación alguna para sentirse tenso a la hora de orinar. Solamente por la experiencia del éxito es que éste aprenderá que no hay nada que temer. Ninguna cantidad de terapia hablada o racionalización será suficiente para tratar con éxito la paruresis.

Cree situaciones en las que pueda vaciar la vejiga con éxito y aumente gradualmente la dificultad de la situación sin hacer que el desafío resulte muy difícil.

Preparación

Para empezar es necesario acumular suficiente orina, ingiriendo una buena cantidad de líquidos, con la suficiente anticipación.

Es mejor practicar la terapia de exposición gradual con un nivel de urgencia para orinar de moderado a alto.

Tenga preparado un plan de emergencia si no consigue orinar. Por ejemplo: algún baño «seguro» cercano en el que usted tenga la confianza de poder orinar si todo lo demás falla. Otra alternativa puede ser el uso de un catéter.

Algunas personas encuentran útil usar una escala de desafíos del 0 al 10. Por ejemplo, tomando como cero cuando está solo en casa y 10 cuando se usa el baño público en un evento deportivo.

Para poder progresar en su recuperación usted buscará avanzar en esta escala de desafíos y modificarla.

Terapia en la casa, con un compañero

Para empezar su recuperación usted puede optar por trabajar la terapia con un compañero en el baño privado de su casa.

Este compañero le ayudará a reproducir la sensación de estrés de orinar bajo presión que usted experimenta como parurético. Recuerde que el objetivo de la terapia de exposición gradual es permitirse experimentar la ansiedad sin resistirla.

El compañero puede ser un terapeuta conductual, un amigo cercano, un compañero de trabajo o de estudios o un pariente.

La ventaja de trabajar la terapia en casa con un compañero es que usted está en control de todas las variables que le afectan a la hora de orinar, y la variable más importante en la que usted debe de trabajar es la distancia.

Después de haberse cargado de fluidos, y experimentar una urgencia para orinar de moderada a alta es hora de empezar la terapia.

Dígale a su compañero que se aleje a una distancia que no resulte un desafío muy grande para usted, e intente orinar.

¡Algunas personas necesitan que el compañero espere fuera de la casa para poder orinar!

Si consigue orinar permita que la orina fluya por unos tres segundos e interrumpa el chorro. Reúnase con su compañero y tómese un descanso de unos tres minutos e inténtelo de nuevo, pero esta vez dígale a su compañero que se acerque más. Repita los pasos anteriores hasta lograr ser capaz de orinar con él directamente detrás de usted. (Nota: las mujeres no tienen que tomar este paso).

Tómese las cosas con calma, esto puede requerir varias sesiones durante varios días. Lo importante es ir avanzando en su recuperación.

Si no puede iniciar el chorro espere dos minutos. Si aun así no lo logra tómese un descanso y espere otros dos minutos más.

Si continúa teniendo problemas haga que el compañero retroceda de donde tuvo éxito la vez anterior, y si vuelve a tener éxito haga que su compañero se acerque de nuevo.

Es mejor hacer ruido con la orina, ya que algunos paruréticos reportan que les produce ansiedad el ser escuchados por otros al orinar. Evite usar ruidos de fondo como el agua de la llave o música, ya que hacer uso de estos subterfugios solo retrasará su recuperación.

No hable mientras intenta orinar, ya que esto resulta en una distracción que disminuye el valor del ejercicio. No utilice técnicas de distracción. Concéntrese en experimentar la ansiedad sin resistirla.

Maneje la variable visual: cierre la puerta ligeramente. Cuando el compañero esté detrás de usted haga que voltee a ver hacia otro lado, haga uso de estos pequeños trucos que le permitan avanzar paso a paso en su recuperación.

Terapia individual sin compañero

Esta terapia consiste en orinar en diferentes escenarios con diferentes niveles de dificultad, según la jerarquía de desafíos personal.

Por ejemplo, usted puede ir a un baño público que no sea muy frecuentado e intentar orinar cuando no haya nadie. Si lo logra, detenga el flujo a los tres segundos, y espere a que vengan más personas para orinar en presencia de ellas.

Los lugares apropiados para practicar esta terapia pueden ser: centros comerciales, campus universitarios, aeropuertos, casinos, etc, es decir, lugares que tengan varios baños públicos, en los que a usted le resulte fácil trasladarse rápidamente para practicar a orinar en diferentes escenarios con diferentes grados de dificultad.

Por eso, para aprovechar mejor el tiempo y avanzar más rápido en la recuperación, cuando se tiene éxito para orinar solo hay que dejar fluir la orina durante unos tres segundos, cortar el chorro e intentar orinar en otra parte, ya sea en el mismo baño pero con otro urinario, o trasladarse a otro baño público.

Para los hombres se recomienda empezar practicando en los urinarios, ya que si se empieza en los cubículos de los escusados el tratamiento puede prolongarse más de lo necesario.

Primero hay que intentar orinar en urinarios que tengan divisiones, y si se tiene éxito intentar orinar en urinarios sin divisiones.

Si no logra orinar en determinado baño público, pruebe en otro. Hay ocasiones en las que con solo cambiar de ambiente se logra orinar con éxito.

Si no logra orinar en urinarios, inténtelo en el cubículo del escusado. No se preocupe, siéntase orgulloso de hacer lo necesario para avanzar en su recuperación.

Es mejor practicar varias veces por semana. Las sesiones largas son mejores que las cortas.

Intentar no orinar

Alternativamente, usted puede colocarse delante de un urinario e intentar NO orinar. Espere ahí parado por cinco minutos.

Esto puede servir para enseñarle a su cerebro que no hay necesidad de apurarse para orinar, y que no pasa nada si usted se tarda más de lo esperado mientras otros lo observan, o si no orina en absoluto. Usted experimentará que a la mayoría de la gente no le importa o no se fija en su situación.

Para llevar las cosas al extremo usted puede decir en voz alta: «¡Hey, no logro orinar!» en un baño público lleno de gente, y verá la poca atención que le prestan.

Terapia de Grupo de Apoyo

Un grupo de apoyo es un grupo de compañeros paruréticos que se reúnen regularmente para practicar técnicas de desensibilización en baños públicos; también sirve para darse apoyo y aliento mutuo, y para discutir las experiencias y pensamientos durante el proceso de recuperación.

Consejos Finales

La técnica de contener la respiración puede ser muy útil para usarla en conjunto con la terapia de exposición gradual.

Si usted experimenta algún retroceso en su recuperación, no se desanime, siga practicando.

Para una mayor efectividad se recomienda que la terapia de exposición gradual se integre dentro de la terapia cognitivo-conductual. La terapia de exposición gradual es es el componente conductual, al que hay que agregarle el componente cognitivo.

Contárselo a otros

Dave, practicando terapia de exposición gradual con su camiseta de vejiga tímida.
"Soy Vejiga Tímida, ¿y qué?": Dave, de paruretic.org.

La paruresis es un padecimiento que a menudo se sufre en silencio. La vergüenza forma parte de la condición, pero guardar el secreto puede ser sumamente destructivo, porque el secreto aumenta la vergüenza y refuerza el temor.

La persona con paruresis frecuentemente vive bajo la falsa creencia de que su padecimiento le disminuye su valor como persona, y que si comparte su problema con otros será rechazado y humillado.

Cuando usted ve que hay personas que lo apoyan y no lo menosprecian por su problema, usted se da cuenta de que la vergüenza y culpabilidad que proyecta sobre su situación es producto de su propia interpretación equivocada.

Se recomienda hablar sobre la paruresis con personas en las que se pueda confiar, como los amigos cercanos y la familia. Utilice el sentido común.

Un compañero de trabajo quizá no sea el confidente más apropiado, ya que es posible que utilicen esa información en contra suya.

Es necesario compartir sobre este problema con el cónyuge o la pareja sentimental. Hay quienes le han ocultado su condición a su pareja por 20 o 30 años, y como resultado la paruresis se ha convertido un factor de tensión innecesario. Una esposa de un parurético se puede preguntar el porqué de la conducta extraña del marido, de por qué no le gusta salir de viaje o ir a ciertos eventos.

La paruresis puede conducir a un divorcio, cuando se guarda en secreto.

Es mejor compartir sobre el problema desde el principio de la relación. Esta es una manera de discernir si la persona se merece realmente su afecto. Hay que recordar que la paruresis se vuelve algo grande en la mente del propio parurético, pero que no es algo tan importante para otras personas.

No deje que una reacción negativa de una persona insensible lo afecte. Las personas ignorantes o condescendientes con los paruréticos tienen un problema de actitud por su falta de empatía con el sufrimiento de otro ser humano, ellos son los que realmente están enfermos.

Puede ser buena idea comenzar a compartir sobre el problema en un foro o sitio en Internet antes de compartirlo en la vida real.

Examen urológico

Es importante realizar un examen urológico para descartar una causa física para la paruresis. Sin embargo, puede ser necesario educar al doctor, ya que muchos médicos desconocen este padecimiento, aun entre los urólogos.

Algunas pruebas que pueden ser realizadas son:

  • Prueba de ultrasonido.
  • El drenaje de la vejiga con un catéter.
  • Radiografía de la vejiga (cistografía).
  • Cistouretrografía de vaciado, un proceso de formación de imágenes de la vejiga y la uretra durante la micción.
  • Evaluación urodinámica, que pueden incluir orinar en un inodoro especial que medirá el volumen de orina evacuada, la velocidad de eliminación y el tiempo en que el proceso se llevó a cabo.
  • Cistoscopía, un procedimiento que permite a un urólogo observar la uretra y la vejiga desde el interior.

Algunas de estas pruebas serán imposibles de realizar si el paciente resulta incapaz de evacuar en las instalaciones médicas. Los resultados de las pruebas urodinámicas pueden verse alterados por la la vacilación en orinar producida por la paruresis.

Hay que vencer la timidez que impide visitar a un doctor, por eso, para aliviar la tensión previo a una cita médica, puede ser buena idea hacer una llamada telefónica previa, y si el doctor se escucha con un tono tranquilizador por el teléfono la visita será más agradable.

Si el doctor muestra incomprensión ante el problema de la paruresis, puede ser necesario buscar a otro.

Si se determina que la paruresis no tiene ninguna causa física, un profesional de la salud mental entrenado en la terapia cognitivo-conductual puede producir el mejor resultado.

Uso del Catéter Urinario para Paruréticos

Catéter UretralUn catéter urinario o sonda urinaria es un tubo delgado que se introduce en el conducto uretral para extraer la orina desde la vejiga.

Las personas que padecen de paruresis pueden aprender a utilizar un catéter para vaciar sus vejigas cuando no lo logran hacerlo naturalmente debido a su condición.

En este caso se recomienda que el catéter se use de forma ocasional, solo cuando sea necesario usarlo.

Los catéteres no son instrumentos de tortura, y nunca se debe amenazar a un paciente con introducirle un catéter si no logra orinar normalmente.

Lamentablemente esta es la reacción de algunos doctores y enfermeras cuando les toca bregar con casos de paciente con vejiga tímida, a la hora de requerir una muestra de orina.

«Si usted no logra orinar vamos a tener que introducirle una sonda urinaria», suena como una forma de humillación e intimidación.

Usted no debe de sentirse humillado o avergonzado por usar un catéter, si realmente lo necesita. De hecho, el bregar con estas falsas creencias constituye una forma de tratar la paruresis.

No haga del hecho de orinar una forma de probar su hombría o su valor como persona. Recuerde que orinar es simplemente el hecho de vaciar su vejiga, no tiene nada que ver con lo que usted es como persona.

El tener un catéter y saber usarlo puede servir de respaldo cuando el parurético debe de enfrentarse a una situación difícil de no poder orinar por varias horas. De hecho, el solo saber que tiene la opción de aliviarse con un catéter puede aliviar la tensión que le impide a la persona orinar normalmente, con lo que puede tener éxito al intentar desaguar en vez de bloquearse.

No resulta nada saludable retener la orinar demasiado tiempo. Tampoco es aconsejable abstenerse de líquidos con el fin de no tener que orinar después.

Si se utiliza correctamente, un catéter o sonda urinaria no debe de causar dolor, y solo debe de producir un mínimo de incomodidad.

Pidále a un urólogo que le enseñe a usar el catéter, pero tenga en cuenta que no todos los urólogos están dispuestos a enseñarle como usarlo, por lo que se recomienda llamar antes de hacer una cita.

Los catéteres vienen en varios tamaños y están hechos de varios materiales, como ser el plástico, caucho o silicona. Las personas con alergia al látex deben evitar los catéteres de hule.

Después de introducirlo, usted sabrá que el catéter ha entrado en la vejiga cuando la orina comience a fluir. Una vez que el flujo empiece usted no será capaz de pararlo hasta que se vacíe completamente.

Hay catéteres reusables que se pueden utilizar varias veces. Estos catéteres no necesitan estar esterilizados para usarlos, basta con qué se encuentren completamente limpios.

Después de usar un catéter de este tipo basta con lavarlo con agua y jabón, volver a enjuagarlo con agua, y de ser posible echarle algo de alcohol común.

Aún con estas precauciones siempre existe un riesgo de infección, especialmente en las mujeres.

La mayoría de los catéteres deben ser lubricados con un gel soluble en agua, como el K-Y, nunca se debe usar vaselina o cualquier lubricante con aceite.

Los catéteres pueden ser comprados en una tienda de suministros médicos o en internet. Los catéteres reusables de caucho pueden costar entre 7 y 12 dólares. Los catéteres desechables pueden costar entre 2 y 3 dólares.

Existe la opción de utilizar catéteres externos, que no requieren ser insertados en la uretra (Stadium Pal), tanto para hombres como para mujeres. Estos requieren poder orinar a voluntad, pero algunos paruréticos los han encontrado útiles por ser muy discretos.

Hay enfermeras que insertan el catéter en forma incorrecta, ya que nunca lo han usado ellas mismas y no saben lo que se siente cuando éste se introduce sin el debido cuidado, por lo que deben aprender que:

  • Se debe usar un tamaño apropiado del catéter.
  • Asegurarse de usar la cantidad suficiente de lubricante.
  • No hay que forzar el catéter si éste encuentra resistencia.

Además del uso del catéter, la técnica de contener la respiración puede servir como un método para orinar a prueba de fallos cuando se aprende a utilizarla correctamente.

El catéter solo debe ser usado en forma ocasional, y solo hasta cuando otros métodos han fallado. El catéter no puede ser substituto de un programa de recuperación que incluya la terapia de exposición gradual y la terapia cognitivo-conductual.

Técnica de Contener la Respiración

Una vez que se aprende, la técnica de contener la respiración puede ser un método a prueba de fallos para orinar en cualquier situación, por estresante que sea.

Esta técnica consiste en retener el aliento por unos 45 segundos, respiramos normalmente, y exhalamos un 75% de aire antes de contener el aliento.

Antes de ponerla en práctica en una situación en la que nos sintamos bajo presión es recomendable practicarla en sitios en los que nos sintamos seguros, como en la casa o en un baño público vacío.

Practicaremos contener la respiración en forma gradual, primero unos 10 segundos, después 15 segundos, 20, 30, etc.

Una vez en el baño adoptamos una posición erguida, con los músculos relajados y respiramos normalmente.

Es necesario mantener una cantidad óptima de aire en los pulmones, de manera que los músculos abdominales estén relajados.

Empezamos a contener la respiración. Si sientes presión en el abdomen o en la parte superior del torso, talvez acompañada de espasmos, solo trata de relajarte, permanece erguido.

Llegará un momento en que sentirás la necesidad de «boquear por aire», pero tienes que resistir esa urgencia y esperar unos 10 segundos más. Esta es la parte más difícil.

Cuando empieces a sentir que fluye un chorro completo inhala calmadamente.

No es necesario contar los 45 segundos, solo espera la urgencia de «boquear por aire» y espera unos 10 segundos más.

Cómo Aprender

Practica contener la respiración en tu casa. Cuando estés listo practica primero en un escusado, y al tener tu primer éxito pásate a un urinario. Empieza a practicar a contener la respiración en situaciones de estrés, y consigue a alguien que te acompañe para realizar la terapia de desensibilización.

Si sientes demasiada presión en tu torso antes de conseguir orinar, inhala, camina unos minutos e inténtalo más tarde. 2 ó 3 intentos por sesión son suficientes.

Sigue inténtandolo si al principio no te funciona.

Algunos temen desmayarse si contienen la respiración por demasiado tiempo pero este no es un peligro serio, a menos que se haga de manera incorrecta, hiperventilando antes de retener el aire. Incluso si te desmayas, tú empezarás a respirar antes de tocar el suelo.

Siempre es aconsejable consultar con el doctor antes de empezar a realizar este tipo de ejercicios.

Un efecto secundario es que esto también puede relajar el esfínter anal, así es que si sientes ganas de cagar, hazlo antes de realizar este ejercicio.

Esta técnica no funciona cuando se sienten elevados niveles de ansiedad, por lo que si tú te sientes nervioso al practicarla, continúa practicando a retener el aliento cada día por varias semanas hasta que experimentes una mejora.

Lo que hace funcionar esta técnica es el efecto de relajación producido por el incremento en el dióxido de carbono en la sangre. El doctor Monroe Weil, Ph.D. fue el primero que reportó el éxito de esta técnica.

Fuentes

  • Paruresis FAQ. paruresis.org
  • Dominik M (2010). Hold Breath Instructions, IPA Talk. paruresis.org/phpBB3

Paruresis Primaria vs. Paruresis Secundaria

Se entiende por paruresis primaria la incapacidad psicológica de orinar en ciertas situaciones, como cuando se percibe que otras personas están viendo o escuchando, o cuando se está en un vehículo en movimiento.

La paruresis secundaria se refiere a la interpretación negativa que la persona que sufre de paruresis hace sobre su condición, basada en creencias irracionales, conduciendo a problemas como la baja auto-estima, pesimismo, sentimiento de inadecuación, frustración, depresión, etc.

El concepto de paruresis primaria versus paruresis secundaria fue desarrollado por Christopher J. McCullough, autor del libro «Free to Pee» (Libre Para Mear).

Es importante entender que no se trata de dos tipos de paruresis: una primaria y una secundaria, sino de dos facetas de un mismo padecimiento.

Esta diferenciación resulta útil para formular una terapia integral adecuada.

Hay personas que tienen problemas para orinar en ciertas situaciones, pero que no acumulan pensamientos y sentimientos negativos sobre su condición, y otras que sí lo hacen.

En su artículo Unas Pocas Notas sobre la Paruresis el señor McCullough nos provee de un ejemplo: «Hay personas que no pueden orinar en un urinario bajo ciertas circunstancias, pero que sí lo pueden hacer utilizando un escusado. Ellos no consideran esto como un problema, otra persona con exactamente la misma situación lo considera como una seria discapacidad y siente que su vida entera pierde valor debido a eso».

Paruresis en la Televisión

Kandy y Alan en el baño en "Two and a Half Men".
Alan no puede orinar delante de su novia Kandy en "Two and a Half Men".

Referencias a la Paruresis en la Televisión

  • (1981) En la serie de televisión de los años 80’s Hill Street Blues (El Precio del Deber), la timidez del personaje Oficial Joe Coffee (interpretado por Ed Marinaro) está en parte desarrollada por su admisión de que no puede mear en público.[1]
  • (1991) En Seinfeld, George le cuenta a Jerry sobre un encuentro sexual con una mujer, en el que sintió unas ganas imperativas de cagar en medio del acto, pero que no se animó a utilizar el inodoro, por que éste se encontraba dentro de la alcoba, y no había ninguna «zona de amortiguación», es decir, no había la privacidad suficiente, ya que él podía ser escuchado, por lo que decidió abandonar a la mujer en pleno acto sexual.[2]En otra ocasión, George reconoció que no le gusta usar los urinarios, y prefiere orinar en el escusado (stall man).[3].
  • (1993) En Mad About You, cuando Jamie y Paul quedan encerrados dentro del baño, ella hace que Paul vaya a la ducha y se ponga a cantar para que él no la mire ni la escuche orinar.[4]
  • (1993) En el episodio de The Simpsons «Homer Goes to College» Benjamín admite: «¡Alguien tocó a la puerta y no pude orinar!», después de que Lisa le preguntó por qué tenía que ir al baño de nuevo, a pesar de que lo había hecho hace cinco minutos.[5]
  • (1995) En un episodio de Frasier, Niles admite que tiene «riñones tímidos».[6]
  • (1995) En el episodio de The Rugrats sobre Chuckie, en el que él pasa de la bacinica a un inodoro adulto, él no puede hacerlo porque los adultos siempre se quedan y lo miran. Con el tiempo él es capaz de hacerlo cuando los otros bebés lo acompañan y luego le dan la espalda.[7]
  • (1997) En Friends, Monica resulta picada por una medusa, y Joey sugiere orinar en ella para calmar su dolor. Mónica no puede «agacharse de esa manera», y Joey tiene «pánico escénico».[8]
  • (c. 1997) En un episodio de Buffy The Vampire Slayer, Jonathan no puede orinar debido a que otro personaje está hablando en la otra habitación, por lo que le pide que deje de hablar.[9] Quedó establecido en la séptima temporada de Buffy que Jonathan padecía de vejiga tímida. Andrew tomó ventaja de esto para extender su tiempo de hablar con el muerto Warren diciendo en voz alta «¿Estás bien ahí dentro? «, haciendo que Jonathan estuviera más tiempo en el baño.[10]
  • (1997) En Ally McBeal, Ally reconoce que tiene vejiga tímida, y utiliza el sonido del agua corriendo para lidiar con ella.[10]
  • (1998) En un episodio de Suddenly Susan, Susan Keane (interpretada por Brooke Shields) alega que Jack Richmond (interpretado por Judd Nelson) no puede usar un urinario (con otras personas presentes) porque sufre de «pánico escénico». Richmond responde que él a menudo usa trajes caros y que él solo trata evitar salpicarse.[11]
  • (1999) En la serie Clueless Dionne (interpretada por Stacey Dash) no pasa una prueba de drogas después de entrar en una banda de rock. Después de dos horas de intentar orinar la entrenadora le diagnostica vejiga tímida, pero eso no impidió para que la reportara como si se hubiera negado a cooperar, dañando su reputación con la implicación de que ella usaba drogas.[12]
  • (2000) En un episodio de Popular un personaje femenino con vejiga tímida hizo una prueba de drogas y falló por no ser capaz de orinar.[13]
  • (2001) Elliot, de Scrubs, no puede usar el baño si alguien está hablando con ella o si alguien puede oirla. En cierta ocasión, Dr. Cox y Jordan una vez lograron que J.D. se congelara a medio chorro al moverse detrás de él.[14]
  • (2000) En el episodio #3.06 de Coupling, Jeff admite que tiene problemas para «desfruncirse» y que es muy cauteloso con los «oyentes secretos».[15]
  • (2004) En House M.D. (Dr. House) Cuddy entra al baño de hombres para hablar con House, cuando éste se dirige al urinario Cuddy decide abrir el grifo. House responde: «Yo iba a decir ‘vete’, pero eso funciona».[16]
  • (2005) En un episodio de Veronica Mars, Veronica somete a una prueba de drogas casera a su amigo Wallace, quien experimenta dificultad para orinar bajo presión. Ella califica su problema como «pánico escénico». El padre de Veronica sugiere que abra el grifo y «se pellizque las tetillas». Wallace contesta con un grito de desaprobación.[17]
  • (2006) En Two and a Half Men Alan no logra orinar delante de su novia, y cuando ella estaba afuera esperando él confesó que no podía hacerlo ante tanta presión. Entonces ella le cantó una «canción del pipí» que su madre le enseñó, y él gritó: «¡Está funcionando!».[18]
  • (2007) En House M.D. (Dr. House) un paciente le dice a House que no puede orinar en un baño público, pero en realidad su objetivo era darle una muestra de orina que no era suya.[19]
  • (2008) El programa Charlie Brooker’s Screenwipe hizo una parodia de los documentales de auto-ayuda con «Konnie’s Great British Wee», donde Konnie Huq, actuando como ella misma, logra que un grupo de personas con vejiga tímida hagan una meada colectiva en una colina.[20]
  • (2008) En un episodio de Chowder, Chowder, Mungal y Schnitzel quedan encerrados en el baño. Chowder tiene que usar el baño, pero Chowder no puede hacerlo enfrente de Mungal y Schnitzel, diciendo que son «viejos y sucios».[21]
  • (2011) Mitchell revela en Modern Family que ella tiene vejiga tímida y no puede mear en cualquier parte.[22]
  • (2011) En NCIS: Los Angeles, Eric confiesa que tiene problemas para «orinar con público» cuando le notifican que llevará un micrófono en una misión encubierta.[23]

También se pueden encontrar referencias a la paruresis en los programas de Veronica’s Closet y E.R.[24]

Referencias

  1. Paruresis: Cultural References (PCR). www.nationmaster.com
  2. (1991) «The Chinese Restaurant» #2.06. Seinfeld. Ver guión.
  3. (1991) «The Note». #3.01. Seinfeld. Ver guión.
  4. (1993) «Love Among the Tiles». #1.16. Mad About You.
  5. (1993) «Homer Goes to College». #3.05. The Simpsons. Visto en PCR.
  6. (1995) «Retirement Is Murder». #2.13. Frasier. Ver guión.
  7. (1995) Chuckie versus the Potty. #3.01. The Rugrats. Visto en Shy Bladder (SB). tvtropes.org
  8. (1997) «The One With The Jellyfish». #4.01. Friends.
  9. PCR
  10. (1997) «Drawing the Lines». #1.09. Ally McBeal.
  11. PCR
  12. (1999) «A Test of Character» #3.19. Clueless. (Ver video en Youtube).
  13. SB
  14. Ibid.
  15. (2002) «The Girl with One Heart». #3.06. Coupling. (PCR)
  16. (2004) «The Socratic Method». #1.16. House M.D.
  17. (2005) «Normal is the Watchword». #2.01. Veronica Mars.
  18. (2006) «The Spit-Covered Cobbler». #3.18. Two and a Half Men.
  19. (2007) «Act your Age». #3.19. House M.D.
  20. (2008) Ver video en Youtube: I y II.
  21. (2008) «The Vacation/The Sleep Eater». #1.13. Chowder.
  22. (2011) «Someone to Watch Over Lily». #2.20. Modern Family.
  23. (2011) «Rocket Man». #2.21. NCIS: Los Angeles.
  24. Pearlman, Jonathan (March 6, 2003). Don’t look now … you may have a bashful bladder. www.smh.com.au.

Paruresis en el Cine

Poster de la película "Big Daddy". Adam Sandler orina junto a un niño.

A algunas personas les cuesta orinar en situaciones públicas, a esto se le conoce como «vejiga tímida» o paruresis. Algunas películas hacen referencia a esta condición, aunque la mayoría de las veces el personaje que sufre de paruresis aparece como una persona tímida, inmadura o de aspecto nerd (o geek).

  • (1966) En el spaghetti Western de 1966 El bueno, el malo y el feo, el personaje interpretado por Eli Wallach simula que no puede orinar mientras el hombre que lo tiene cautivo lo observa. (Ellos están esposados juntos). Cuando el captor voltea a ver a otro lado Wallach le pega.[1]
  • (1985) En Real Genius la hiperactiva Jordan sigue al protagonista masculino hasta el baño, y luego hasta el urinario. Cuando ella observa que él no puede orinar se siente desconcertada.[2]
  • (1996) En Big Bully, uno de los niños dice que él tiene una vejiga tímida y no puede evacuar cuando «todo el mundo está de pie alrededor suyo como si estuviera en un corral».[3]
  • (1999) En la película de 1999 Fight Club, el personaje Tyler Durden dice que no puede orinar si alguien lo mira cuando intenta mear en la sopa. «No mires, no puedo hacerlo si me estás viendo».
  • (1999) En Big Daddy, el personaje de Adam Sandler le enseña a un niño a superar su temor de orinar en público, meando junto a él en la calle.
  • (2001) En The Mummy Returns Alex se queja ante el guardia que no puede usar el baño mientras él está siendo observado. Cuando el guardia le da la espalda Alex se da cuenta que la taza del baño abre directamente a las pistas, por lo que la aparta y logra escapar.[4]
  • (2004) Pee Shy es un cortometraje que hace referencia a la paruresis en el contexto de un campamento scout.
  • (2005) En Waiting, el mesero Calvin sufre de vejiga tímida desde que un homosexual se ubicó junto a él en un urinario para observar su pene lascivamente. Calvin le cuenta su problema a sus compañeros de trabajo, recibiendo el apoyo de unos y las bromas del protagonista masculino. En la secuela de la película Still Waiting (2009), Calvin se recupera de su paruresis y se convierte en un seductor, pero al final de la película vuelve a recaer, perdiendo sus habilidades de don Juan.
  • (2006) En Clerks 2, Jay dice que él tiene el «Síndrome del Pipí Público», y que no puede orinar en público.[5]
  • (2006) En el cortometraje Shanks, Jack Wright interpreta a Rusty, quien sufre de paruresis.[6]
  • (2008) En Sex Drive el protagonista masculino (Ian) hace una parada en el camino para orinar en un baño público, entonces un hombre de apariencia ordinaria se ubica junto a él en el urinario y le dice: «¿Tienes vejiga tímida?». Cuando el muchacho le responde afirmativamente él contesta: «Paruresis, así es como la llaman». Ian también experimenta dificultad cuando le piden orinar en un radiador, pero lo supera cuando logra orinar en la cárcel delante de todos.
  • (2008) En Tropic Thunder hay una escena en que un personaje de apariencia nerd (interpretado por Jay Baruchel) intenta orinar en la selva, siendo interrumpido por el personaje de Ben Stiller y Robert Downey Jr., quienes fingen orinar para hablar con él en privado.

Mini Cortometrajes

Referencias

  1. Paruresis: Cultural References. nationmaster.com
  2. Shy Bladder. tvtropes.org
  3. Paruresis: Cultural References. nationmaster.com
  4. Ibid.
  5. Ibid.
  6. Ibid.

Famosos con Paruresis

Howard Stern
Howard Stern

Si la paruresis o vejiga tímida es la fobia social más común después de hablar en público, debería ser posible encontrar a alguna persona famosa que sufra de paruresis. Pero como este padecimiento causa mucha vergüenza, es normal que los famosos con paruresis, si los hay, traten de ocultarlo.

El locutor Howard Stern es la única celebridad que ha admitido abiertamente haber padecido de paruresis. Él incluso entrevistó a Steven Soifer, co-fundador de la Asociación Internacional de Paruresis, en su programa de radio.

Sin embargo, cuando Soifer regresó para una segunda entrevista, Stern pareció olvidar que ya lo había entrevistado antes. No parece creíble que una persona que realmente haya experimentado la paruresis pueda olvidar algo así. [1]

Stern es conocido por su actitud provocadora, por lo que no sería extraño que haya mentido sobre este asunto para impresionar a su auditorio.

Con la misma incredulidad habría que tomar las declaraciones del cantante Enrique Iglesias, cuando dijo: «Ni siquiera puedo orinar en un baño público cuando hay demasiada gente alrededor».[2]

Iglesias ya había dicho anteriormente que tenía un «pene pequeño» y que tenía problemas para encontrar condones a su medida, pero después se retractó alegando que lo había dicho en broma.[3]

También se dijo en su momento que la presentadora de televisión Oprah Winfrey padecía de paruresis. En agosto del 2004 ella fue llamada para integrarse a un jurado en Illinois. Después apareció un artículo que alegaba que ella le pidió a otros del miembros del jurado que le cantaran «Kumbaya» mientras ella iba al baño, con el fin de ahogar el sonido de su evacuación.[4] Con este reporte algunos llegaron a la conclusión de que ella sufría de paruresis.

Winfrey nunca confirmó estos rumores, pero parece improbable que una persona parurética haya pedido que le canten para aliviar su ansiedad, ya que esto solo la haría sentir más auto-consciente. Talvez Winfrey solo sentía vergüenza de que otros escucharan el sonido de su evacuación.

El actor Matt Damon contó una historia en el programa de Jay Leno sobre su dificultad para orinar durante una cena especial en la que habló el ex-presidente Bill Clinton.

Damon sentía necesidad de orinar antes de llegar al evento, pero se aguantó durante tres horas más. Cuando él se disponía a orinar en el baño de hombres, Bill Clinton entró y se ubicó en el urinario al lado de él. Esto produjo que Damon se sintiera incapaz de orinar, porque se sintió intimidado de alguna manera por la presencia de Clinton. Después de que Clinton se fuera, Damon seguía sin poder orinar, entonces él se dirigió a uno de los escusados y aun así no podía orinar. Él nunca había padecido de vejiga tímida, pero le tomó una hora más antes de poder orinar.[5]

Según Wikipedia, la presentadora de radio Stephanie Miller sufre de paruresis:

«Ella comparte a menudo detalles sobre su vida, desde algo tan sencillo como hablar de un electrodoméstico que no funciona, hasta los detalles más íntimos, acerca del sudor, el insomnio, e incluso lo que ella llama ‘síndrome de la vejiga tímida’ que no es otra cosa que la paruresis».[6]

Orlando Bloom es otro actor que habría reconocido sufrir de «vejiga timida». Cuando intentaron entrevistarlo en el baño él dijo refiriéndose a sí mismo:

«Orlando no puede orinar si tú le hablas. Él se detiene y no puede continuar más. Él tiene que realmente concentrarse para hacer pis. ¿No te parece simpático?».[7]

Otras celebridades con paruresis serían Howie Mandel[8], Andrew Denton[9] y Alan Bennet[10].

Referencias

  1. RichardUSA (Abril 2, 2010). Any celebrity with paruresis? IPA Talk. www.paruresis.org/phpBB3.
  2. Enrique Iglesias’ shy bladder. (Abril 4, 2009). www.monstersandcritics.com.
  3. Ibid.
  4. Oprah, jurors discuss murder trial ( 8/27/2004). www.usatoday.com.
  5. Comentario en: Male Desperation (Febrero 28, 2010). www.experienceproject.com
  6. Stephanie Miller. en.wikipedia.org
  7. Orlando Bloom Has A Shy Bladder. (Mayor 15, 2006). www.starpulse.com.
  8. Patrick (Enero 12, 2006). Any celebrity with paruresis? IPA Talk. www.paruresis.org/phpBB3.
  9. Gascoigne, John. (April 18, 2007). Looks easy enough… but not for everyone. www.brisbanetimes.com.au.
  10. Lewis, Jeremy (Octubre 7, 2005) Untold Stories, by Alan Bennett. www.independent.co.uk.

El sufrimiento de los paruréticos

Hay personas que no pueden orinar en un baño público si sienten que otros los pueden ver u oir mientras están evacuando. A este padecimiento se le conoce como paruresis.

El parurético sabe que esto es totalmente irracional, pero el temor de no poder orinar delante de la presencia real o imaginada de otras personas produce que ellos no puedan orinar. Ellos tienen un temor a ser juzgados por no poder realizar una necesidad humana básica, por lo que cada fracaso en intentar orinar en un baño público refuerza ese temor, convirtiéndose en un círculo vicioso, en una pesadilla que se vuelve realidad en el día a día.

Allen W. Court ha padecido de paruresis por más de 30 años, y ha visto su condición agravada por una próstata agrandada que lo hace orinar más de 15 veces al día. Cada día en el trabajo tiene que sufrir al intentar orinar en los baños públicos del local. Si fracasa en el baño público del primer piso sube al baño del segundo piso para intentarlo allí, y si fracasa de nuevo tiene que regresar a trabajar a su cubículo con una vejiga llena que lo perturba, o conducir hasta un restaurante cercano donde tienen un baño individual.[1]

Él confiesa: «Con gusto renunciaría a los ahorros de mi vida para librarme de esto. Incluso podría cortarme un dedo, o dos, si eso lograra solucionar mi problema. ¿He mencionado que algunos de nosotros se meten un tubo por el pene?».[2]

Cómo medida extrema, algunos paruréticos recurren a un catéter o sonda para sacarse la orina, la cual es un tubo que se introducen por el pene. Otros deciden retener la orina por varias horas hasta que logran encontrar un baño «seguro», es decir, un baño en el que sientan la privacidad suficiente para orinar sin sentir que están siendo vigilados por otros.

El umbral de privacidad necesario para orinar varía según el paciente. Hay personas que pueden orinar en baños públicos bajo ciertas condiciones, mientras que otros tienen problemas para orinar hasta en sus propias casas, cuando sienten que hay alguien más que pueda oirlos.

«Tengo muchas ‘reglas’ para orinar, ninguna de las cuales me gusta, ni estoy de acuerdo con ellas, pero al parecer no puedo hacer nada para cambiarlas. ¿Dónde —me he preguntado— está escrito que yo no pueda orinar a menos que pueda ver una pared sólida que forme parte de la estructura de un edificio? ¿O que mi posibilidad de orinar mejore en un cincuenta por ciento cuando lo intento en un baño con poca iluminación? ¿O que mi posibilidad de orinar se vuelva cero por ciento si estoy en un vehículo en movimiento o sobre una masa de agua?»[3], dice Court, un parurético de 45 años de edad.

Viajar es una actividad que angustia mucho a los paruréticos, sobre todo los viajes en avión. Por ejemplo Lance, un hombre de 31 años, tomó la fatídica desición de tomarse una taza de café antes de un largo vuelo hacia Miami. Cuando llegó a Houston, para una conexión de vuelo, hizo varios intentos de orinar en el baño público sin lograrlo, y pasó el resto del viaje con una vejiga «dolorosamente hinchada», con más viajes fallidos al lavabo, sufriendo las miradas embarazosas de los demás pasajeros.

«Salí del lavabo más avergonzado, todavía con un sudor frío, con la vejiga chillando de dolor. Sentí como si me fuera a morir o a desmayarme, porque el dolor era tan intenso, que aunque alguien me hubiera puesto una pistola en la cabeza no hubiera sido capaz de orinar», nos cuenta Lance.[4]

La incapacidad de orinar se desencadena no solo por la presencia percibida de otras personas en el baño, sino también por las restricciones de tiempo. En el caso de Lance, el saber que necesitaba volver al avión para continuar su viaje le ocasionó mayor ansiedad, lo que se reflejó en su incapacidad de orinar.

Una persona con paruresis puede llegar hasta el extremo de tomar decisiones importantes en la vida, como el qué estudiar o dónde trabajar, con base en este padecimiento.

Según Steven Soifer, co-fundador de la Asociación Internacional de Paruresis, «La vergüenza puede ser tan aguda que alguna gente toma empleos por debajo de su nivel educacional y profesional de habilidades simplemente para no tener que enfrentar la agonía de usar un baño público durante las horas de oficina».

«Un hombre con educación universitaria terminó tomando una ruta para vender periódicos con el único objetivo de evitar a otras personas». Recuerda Soifer, quien es él mismo un parurético en recuperación. «Mucha gente trabaja en casa o se auto-emplean solo para poder manejar su situación».[5]

Algunos paruréticos han perdido sus empleos por ser incapaces de proveer una muestra de orina cuando sus patronos se lo requerían. Hay incluso quién haya ido a parar a la cárcel por no poder proveer una muestra de orina a las autoridades.

Steven Soifer asegura que «hay un hombre en confinamiento solitario en una prisión de New Hampshire porque no pudo proveer una muestra de orina».[6]

Un parurético se encuentra muchas veces planificando las actividades cotidianas en torno al padecimiento, y se ve obligado a rechazar muchas invitaciones sociales.

La dificultad para socializar también impide obtener una pareja, o desarrollar intimidad con esa pareja.

La paruresis le ha impedido a Bob tener una relación sentimental en los últimos diez años con una mujer. «Si mi novia estaba conmigo y yo tenía que levantarme para ir al baño, no era capaz de orinar, porque el baño estaba a un lado de la habitación. Ella se preguntaba qué era lo que pasaba».[7]

Steven Soifer cuenta que «el matrimonio de un hombre se estaba desmoronando porque él se rehusó a ir de vacaciones por 15 años».[8]

Un hombre de 31 años de edad cuenta tristemente que él rechazó la invitación de una joven y sexy mujer para acompañarla a un tour en bus por Europa – «¿Cómo podría yo disfrutar de ver por la ventana a Europa en toda su grandeza mientras tengo a una vejiga oprimiéndome en la tercera hora de retención o más? Luego las paradas en los baños públicos inundados de turistas, y en los enclaustrados baños de la ciudad… Estoy furioso».[9]

Sencillas actividades recrecionales, como ir a conciertos, encuentros deportivos o ir al cine se convierten en desafíos para un parurético. Si un parurético decide ir al cine probablemente evitará películas demasiado largas como «El Señor de los Anillos».

La paruresis se hace más difícil de soportar cuando la persona no sabe que ella no es la única que tiene problemas para orinar en baños públicos. «En primer lugar, sientes que eres el único que la padece, te sientes solo, llegas a la conclusión de que estás loco, y es frecuente que te deprimas», dice Tom Seehof, un hombre que padeció de paruresis por más de 60 años.

Seehof, contando con más de 75 años de edad, logró recuperarse de la paruresis con la ayuda de la Asociación Internacional de Paruresis, por lo que decidió ayudar a otros paruréticos a recuperarse.[10]

Da la impresión de que la paruresis afecta principalmente a los hombres, ya que 9 de cada 10 personas que se presentan a tratamiento son hombres, según reporta la Asociación Internacional de Paruresis.[11] Pero el número de mujeres afectadas puede ser mayor. Quizá las mujeres sean más tímidas que los hombres a la hora de reportar públicamente esta condición.

Steven Soifer relata que «una mujer a la que tratamos sólo podía orinar en su patio trasero por la noche. Ella vino para una sesión, y luego nunca más la volvimos a ver».[12]

Christopher J. McCullogh, autor del libro “Free to Pee” (Libre para Mear) nos cuenta: «Una mujer me llamó hace muchos años y me dijo que no había dejado su casa en veinte años. Le dije que eso me parecía interesante, ¿pero en que puedo ayudarle? ‘Bueno’ dijo ella, ‘es que quiero salir’. ‘Ah, ya veo, tal vez yo le pueda ayudar'».[13]

Las mujeres tienen la ventaja de tener mayor privacidad al no tener que usar urinarios, pero por otra parte, el comportamiento de las mujeres al ir al baño es una actividad más social. Muchas mujeres disfrutan de ir al baño juntas, lo que resulta una verdadera pesadilla para las que sufren de paruresis. Lo último que quiere una mujer con paruresis es que la acompañen a ir al baño.

También está el problema de que los baños de mujeres en general pasan más congestionados, ya que no tienen la opción del urinario, como en el baño de hombres. Las largas filas que se forman en los baños públicos de mujeres aumentan la presión que pueda sentir una mujer parurética para tener éxito al orinar.

El solo hecho de darse cuenta de que su padecimiento tiene un nombre puede resultar un gran alivio para el que padece de paruresis. El sitio shybladder.org cuenta el caso de un hombre que experimentó una recuperación instantánea cuando encontró la información sobre su padecimiento en Internet: «El día que encontré este sitio web sentí que podía ir a un baño público a orinar. Y desde entonces he estado visitando los baños públicos en los centros comerciales, restaurantes, gimnasios, aeropuertos y lugares en los que ni siquiera hubiera soñado que podía orinar».[14]

Pero la mayoría de los que padecen de paruresis no tienen tanta suerte. Para la mayoría, el camino de la recuperación es algo bastante arduo que puede durar meses, o incluso años. Algunos no se recuperarán nunca.

El tratamiento de la paruresis más recomendado se conoce con el nombre de terapia de exposición gradual o terapia de desensibilización, y consiste en exponerse gradualmente a situaciones que produzcan mayor ansiedad al intentar orinar. Paso a paso se va venciendo el miedo y se va recuperando la confianza, al ir teniendo pequeños éxitos. El simple hecho de entrar en un baño público al que antes nunca se hubiera entrado constituye un avance.

Intentar entrar orinar en un baño muy transitado con urinarios sin divisiones puede ser muy desafiante para un parurético. En vez de eso es recomendable intentar orinar en un baño no muy frecuentado y que tenga divisiones entre los urinarios. O tal vez esto represente un desafío muy grande para el parurético, y en vez de ir directamente a un urinario deba conformarse con intentar orinar en un escusado a puerta cerrada. Si logra orinar, aunque sea una vez después de muchos intentos fallidos, esto podría empezar a darle mayor confianza para seguirlo intentando. Un parurético debe tener paciencia y no desesperarse.

Resulta irónico que un parurético deba celebrar el simple hecho de poder orinar alguna vez en situaciones públicas, después de muchos intentos fallidos, algo que se da por sentado para la mayoría de los seres humanos. Es natural, por lo tanto, que esta incapacidad social para orinar produzca una merma de la autoestima del que la padece.

La mayoría de los que se someten a la terapia de exposición gradual experimentan una mejoría considerable, pero aun en el mejor de los casos no se puede hablar de una victoria total sobre el padecimiento. Steven Soifer confiesa: “He sufrido de paruresis por 30 años, y he estado en recuperación en los últimos seis, pero no estoy curado. Esto es algo parecido al alcoholismo. Uno se puede recuperar cerca del cien por ciento, pero se puede producir otra vez en ciertas situaciones. Por esa razón no hablo de una cura».[15]

Referencias

  1. Court, Allen. I’ve Got to Go But I Can’t: A Day in the Life of a Paruretic. paruresis.org
  2. Ibid.
  3. Ibid.
  4. Larose, Laura (Noviembre 22, 2001). Calgary Sun.
  5. Morgan, John. (Julio 14, 2000). Bashful bladder hangs up nature’s call. www.angelnet.com
  6. Roach, Mary. (Mayo 21, 1999). Bashful Bladders. salon.com
  7. Ibid.
  8. Ibid.
  9. Batz, Jeannette. (Septiembre 20, 2000). Wistful Whizzers. riverfronttimes.com
  10. Maltin, Liza. (Junio 11, 2001). The Secret Social Phobia: Shy Bladder?. www.webmd.com
  11. Roach, Mary. Op. Cit.
  12. Ericson, Edward. (Enero 19, 2005).Stephen Soifer. www2.citypaper.com
  13. McCullogh, Christopher. A Few Notes on Paruresis. paruresis.org./
  14. Cured Just by Knowing IPA Exists. (Junio 21, 2002). www.shybladder.org.
  15. Curtis, Brian. (Mayo 13, 2002). Choking at the Bowl. www.slate.com